El Comité Ejecutivo Regional del PP ha decidido por abrumadora mayoría no presentar candidatura en la sesión de investidura. En la víspera los portavoces del partido habían advertido que estudiaban proponer a Pérez-Espinosa como candidata, pero no lo han hecho. Hubiera sido un gesto excesivo, porque nunca en España ha optado a la investidura presidencial el líder del tercer partido. La dirección nacional del PP no quería que se pusiera en riesgo la Presidencia de Álvarez-Cascos y la alternativa de Pérez-Espinosa no buscaba otra finalidad que invitar a la izquierda a derrotar al líder de Foro.
El PP se va a abstener en la sesión de investidura. Como los socialistas han dicho desde el primer día que van a trabajar desde la oposición, salvo sorpresa mayúscula, Cascos será elegido presidente por mayoría simple. Tras la reunión, Pérez-Espinosa ha invitado a Foro Asturias a seguir reflexionando hasta el debate de investidura sobre la propuesta del PP. La oferta de la jefa del grupo parlamentario consiste en reclamar cuatro consejerías y en pedir un compromiso con la gobernación de los ayuntamientos, o dicho con otras palabras: apoyar a Gabino de Lorenzo. Una carga excesiva que dejaría la estabilidad del Gobierno regional a merced de las presiones del alcalde de Oviedo y haría a Foro Asturias cómplice de la gestión del Ayuntamiento de la capital.
Pérez-Espinosa ha dicho que 26 escaños (la suma de diputados de Foro y PP) darían estabilidad al Gobierno que sólo se tendría que preocupar de los problemas de Asturias. ¡Justamente, la oferta que le hizo Foro Asturias!: pacto de legislatura, basado en la mayoría parlamentaria de los dos grupos. El problema es que esa fórmula no le vale a la ex concejala de Gabino de Lorenzo, si no va a acompañada de la ocupación de consejerías por parte del PP y de la extensión del acuerdo a los ayuntamientos. No hay proporcionalidad entre el nivel de confianza alcanzado entre ambos partidos y la oferta del PP que dejaría al Gobierno de Álvarez-Cascos no en función de otro grupo parlamentario, sino de los propios consejeros de su Gobierno y de instituciones que no puede controlar como el Ayuntamiento de la capital. Pronto se verá si el PP trabaja por derribar al Gobierno o si es capaz de llegar a acuerdos presupuestarios como el firmado en Cataluña con CiU, sin recibir consejerías a cambio.