La información dada por Elena Salgado sobre el déficit de las comunidades autónomas es muy preocupante para los intereses asturianos. En el primer semestre, el Gobierno de la izquierda superó el techo de déficit público establecido para todo el 2011. Con fecha 30 de junio, el diferencial entre gastos e ingresos había superado en siete décimas la cifra establecida. Ante esta realidad, el ex presidente Álvarez Areces y el presidente de la Fade, García Vigón, se muestran optimistas. Según Álvarez Areces en el segundo semestre del año es factible ajustar los gastos y presentar un déficit que se acomode a los compromisos alcanzados. García Vigón asegura que sin tocar la inversión productiva y respetando la cobertura de gasto de los servicios públicos esenciales es posible reducir el déficit recortando el gasto corriente.

Me asombra que dos personajes que tienen un gran conocimiento de la Administración y la economía regional sean tan optimistas. Durante esta crisis económica nunca un hubo un semestre con superávit en las cuentas públicas del Principado, y para cumplir con el compromiso alcanzado con el Gobierno central hace falta que los ingresos sean superiores a los gastos. ¿De verdad cree alguien que vamos a gastar por debajo de lo que se va a ingresar hasta fin de año? Si se recurre de forma masiva al truco de dejar facturas en el cajón sin contabilizar es posible que el déficit público decrezca, pero el Gobierno de España no va a dar por bueno cualquier balance sin revisar. Después de los agujeros detectados tras los cambios de gobiernos regionales, el Ministerio de Economía ya ha escarmentado.

Se gastó mucho antes de las elecciones autonómicas. En toda España estaba cantado que habría un cambio de partidos en el poder y los que se fueron gastaron desenfrenadamente, porque así luce más la gestión y queda menos para los rivales. En la vida pública española funciona la máxima futbolística de Bilardo: “al rival, ni agua”. Para enderezar las cuentas habrá que recortar gasto corriente, gasto en Sanidad y Educación y en inversión productiva. El Principado dijo que había 211 millones en facturas sin contabilizar y reveló que Elena Salgado advirtió al Gobierno socialista asturiano, antes de las elecciones, que se excedía en nivel de endeudamiento. Ahora sería bueno saber cuánto dinero queda en caja hasta final de año.