Se inicia esta semana el curso escolar sin que en los colegios e institutos asturianos se hayan aplicado los recortes que en otras comunidades autónomas (Madrid, Castilla-La Mancha, Galicia) han provocado el conflicto más madrugador de la historia. ¿Cómo está la Educación en nuestra región? ¿Cuál es la herencia que recibe el Gobierno de Foro Asturias?
Hay indicadores para todos los gustos. Si nos comparamos con el resto de regiones y tomamos por referencia el fracaso escolar, la situación asturiana es envidiable porque somos la comunidad autónoma con menos abandono escolar. En la última década el progreso ha sido espectacular: en 2001, un 33% de los alumnos de bachillerato no conseguían la titulación, mientras que ahora se ha reducido el porcentaje a la mitad. Si nos fiamos de los resultados que arroja el informe Pisa, la cosa cambia, porque apenas estamos por encima del pelotón autonómico. Si juntamos ambos indicadores -mínimo abandono escolar y resultado discreto en las pruebas de evaluación externa-, sólo podremos sacar una conclusión: el sistema asturiano de educación está pensado para impulsar el aprobado generalizado, pero carecemos de un grupo de alumnos relevante de excelencia. Dicho de otra manera: evitamos el suspenso, pero el sobresaliente es una excepción en el sistema.
En cualquier caso, antes de analizar los retos del nuevo curso conviene subrayar que las condiciones para impartir enseñanza en Asturias son mucho mejores que en la mayoría de las comunidades autónomas, por dos razones: nuestra tasa de inmigrantes es justo la mitad que en el conjunto de España, y la plantilla de profesores es similar a las épocas en que había el doble de alumnos en las etapas de Educación Primaria y Secundaria. Hay condiciones para progresar, pero es preciso acertar en la orientación del sistema y en la gestión del mismo.
La consejera de Educación y Universidades, Ana Isabel Álvarez, y el viceconsejero de Educación, Argimiro Rodríguez, en las reuniones que tuvieron con los directores de centros transmitieron las líneas maestras de la política educativa para el presente curso, cifradas en dar autonomía a los centros, impulsar el bilingüismo y modernizar la oferta de la Formación Profesional.
AUTOGESTIÓN
La apuesta radical por la autonomía a los centros fue una novedad en el discurso educativo asturiano del curso 2009-10. En el momento más duro de la crisis económica, cuando se habían perdido 1.200.000 empleos en los doce meses anteriores en España, la Educación asturiana apostó por la autonomía, cuando siempre había sido un vaporoso concepto sin aplicación práctica. La explicación es sencilla: la Consejería de Educación quedó sin recursos para favorecer la implantación de los programas que ofertaba a los centros (Bibliotecas, actividades extraescolares) y traspasó la responsabilidad a los institutos y colegios. Como la situación económica no ha mejorado y la propia Consejería de Educación no dispone de la potente estructura que tenía antaño, la llamada a la autonomía de los centros es una estrategia correcta. La consejera y el viceconsejero se comprometieron a desarrollar una normativa sobre autonomía, gestión y organización de los centros, que estará lista antes de finalizar el año.
El pero que hay que poner al plan de la Consejería estriba en que se va a hacer una experiencia piloto con solo cinco centros, cuando habría que ir de forma más decidida a dotar de autogestión a algunas decenas de colegios, porque el cambio de sistema es una necesidad. La propia Consejería está colapsada sin poder atender tantas demandas. Y una advertencia: todo intento por dotar de autonomía a los centros fracasará sin establecer un estatus específico para los equipos directivos, porque en la actualidad se asemejan a los presidentes de una comunidad de vecinos: reciben quejas y palos sin poder dar ni una orden. Sin jerarquía interna no cabe la autogestión.
INGLÉS
El bilingüismo se ha ido extendiendo desde del traspaso de las competencias educativas. Los actuales responsables de la Consejería quieren evaluar el grado de conocimiento de inglés que hay en los centros bilingües. El apoyo al bilingüismo conllevará que la asignatura del Conocimiento del Medio se imparta en inglés a partir de primer curso de Primaria. Todas las medidas que se proponen en esta materia son acertadas, pero hay que partir de dos premisas: el aprendizaje de la lengua extranjera debe empezar en primer curso de Infantil (algo a lo que se negó la anterior Administración) y la implantación de la otra lengua va a estar en relación directa al conocimiento que tengan de ella los maestros y profesores asturianos. Si se quiere que los niños asturianos hablen inglés hay que incentivar su aprendizaje por parte de la generalidad del profesorado.
Con respecto a la Formación Profesional se va a establecer una nueva normativa que la haga más flexible. El campo de mejora es muy grande, pero sin menospreciar el avance de los últimos años, ya que en el 75% de las especialidades formativas se produce una integración laboral del 50%, un porcentaje diez puntos inferior a la época de la abundancia, pero que habla del valor añadido que proporciona la titulación.
Un apunte final para evitar polémicas estériles. En la Educación el dinero no lo es todo. Se puede hacer más con menos presupuesto. Hay un informe de la OCDE sobre el particular muy concluyente y los resultados de Pisa muestran que hay países asiáticos, con una renta ‘per capita’ muy inferior a la nuestra, que sacan unos resultados espectaculares.