Los partidos políticos asturianos van a recurrir a dirigentes históricos para encabezar las candidaturas electorales del 20-N. En el PSOE, Antonio Trevín va a ser el primero de la lista al Congreso y Álvarez Areces irá en cabeza al Senado, ya que en la Cámara Alta los candidatos aparecen por orden alfabético. En el PP, Ovidio Sánchez hace lo posible y lo imposible por postularse, mientras el resto de dirigentes del PP guarda silencio. IU ha optado por Gaspar Llamazares. Hace veinte años, todos ellos podían haber sido los cabezas de lista de sus respectivos partidos, lo que viene a demostrar que la política asturiana da vueltas en redondo sobre los mismos temas, los mismos grupos y las mismas caras. Quizás por ello, los partidos instalados recibieron tan mal la llegada de Foro Asturias. Es frecuente que los políticos de los partidos tradicionales digan de los consejeros del Gobierno del Principado, de los alcaldes y de los concejales de Foro Asturias que no saben nada de política, porque en nuestra región para ser considerado político hay que llevar un montón de años enganchado a los presupuestos de alguna institución.
Hace cuatro años, el primer candidato del PSOE al Congreso de los Diputados fue Álvaro Cuesta y Gabino de Lorenzo encabezó la lista del PP. Cuesta llevaba 26 años en el Congreso de los Diputados, mientras que De Lorenzo acumulaba 17 años de antigüedad en el sillón de la Alcaldía de Oviedo. Podían haber repetido ahora como candidatos y los periódicos hablarían de revancha. Siempre los mismos.
Puestos a buscar alguna emoción, la sorpresa surgió el fin de semana en Gijón, cuando un militante socialista pidió votar a los candidatos que había presentado el aparato y, de esta forma, cada uno de los miembros de la asamblea pudo dar a conocer sus preferencias. Ganó por goleada Álvarez Areces, que los socialistas gijoneses quisieran ver al frente de la lista del Congreso de los Diputados. Es un acto de estricta justicia que los propios militantes gijoneses apoyen a Areces, porque le deben más que a todos los dirigentes del PSOE asturiano. El Llano, Montevil, Moreda, Poniente, Arbeyal, Palacio de Deportes, Puerto Deportivo, Campus universitario y un rosario de actuaciones que los propios socialistas no supieron dar continuación cuando Areces se fue al Principado. La votación fue un test sobre el futuro del PSOE gijonés.