Fernando Goñi insta al Gobierno regional a explicar en el Parlamento los supuestos impagos de la Administración autonómica a empresas públicas, ayuntamientos y proveedores. El presidente del Parlamento quiere conocer las explicaciones del Ejecutivo sobre este asunto que, según Goñi, crea inquietud.
Llama poderosamente la atención el papel de Goñi en la vida pública asturiana. Ante el silencio de Ovidio Sánchez y las intervenciones erráticas de Pérez-Espinosa, el dirigente gijonés se ha convertido en destacado portavoz del PP. Es la primera vez en la etapa autonómica que el presidente del Parlamento subordina la función moderadora al papel de ariete de partido. En un trimestre como presidente ya formuló más críticas a sus adversarios parlamentarios que María Jesús Álvarez en doce años de presidenta de la Junta General del Principado. Fernando Goñi lleva varios años de secretario general del PP, pero siempre se mantuvo en un segundo plano hasta que tuvo la plataforma de la Presidencia del Parlamento para sumarse al debate partidario. Resta por saber si Goñi asume este papel por iniciativa propia o por encargo de otros dirigentes del partido. Puede que las críticas de Goñi sean eficaces en determinados asuntos, pero proyecta una imagen pésima del grupo parlamentario del PP al tener que apoyarse en el presidente de la Junta para hacer oír el mensaje del partido.
A falta de conocer la respuesta del Gobierno, lo que es de sobra sabido es el problema de tesorería del Principado debido al excesivo gasto comprometido en el primer semestre del año. El Ejecutivo ya dijo en su momento que se encontró con 211 millones de euros en forma de facturas sin contabilizar y el Ministerio de Economía manifestó que el Principado había rebasado el margen de déficit público acordado para todo el año. Sería curioso que la culpa de los supuestos impagos recayera en quien recibió las arcas vacías. En Asturias, como en resto de las regiones, se gastó con mucha alegría y ahora toca el ajuste. Estas cosas las conoce muy bien Goñi que nada más llegar a la Presidencia del Parlamento votó a favor de un aumento de los recursos de la Cámara de 416.000 euros, a lo que hay que sumar un incremento salarial extraordinario para los portavoces adjuntos y la contratación de más personal eventual. Primero se gasta y luego se formulan protestas.