El fondo de la campaña electoral es un murmullo de moción de censura, negada con ahínco por los dos partidos que llevan cuatro meses coincidiendo en todo. Los hipotéticos impulsores de la censura regional se unieron esta semana para salvar la Alcaldía de Siero, que trataban de ganar los concejales de Foro apoyados en otros grupos, entre los que se encontraba la mayoría de los concejales del PP. En Siero, como en Tokio, la democracia en las instituciones se rige por la aritmética de los escaños, hasta que llegó una “mesa de edad” y convirtió la minoría de la Corporación municipal en mayoría. Por las costuras de la legalidad se ha introducido una decisión que anula cualquier otra moción de censura que se quiera presentar en el presente mandato, del que no va consumido ni un semestre. En ese ambiente se inicia la campaña de las elecciones generales.
Todos dicen que la cita del 20-N va a tener mucha influencia en la política asturiana. Estoy seguro de que va a ser así, aunque por distintas razones a las que proclama la mayoría. No creo que los resultados electorales cambien la dinámica del Parlamento asturiano. El grupo de Pérez Espinosa ya dio suficientes muestras de hostilidad hacia el Gobierno regional para que cualquier resultado lo integre en la mayoría parlamentaria que dictaron las urnas del 22 de mayo. El PSOE no va a dar su apoyo a ninguna iniciativa del Gobierno regional, como tampoco lo hará IU. Si vamos a una prórroga presupuestaria, la oposición recrudecerá las críticas, utilizando el método que ha seguido hasta ahora: mancomunando esfuerzos. Si el Ejecutivo sigue adelante con sus planes la legislatura desembocará en la moción de censura, porque la izquierda no va a permitir que se desmonte su obra y la derecha aceptará quedar ciega, con tal de ver a Foro tuerto, como dijo Cascos. ¿En qué va a cambiar la política asturiana?
El 20-N va a propiciar un cambio en el interior de los partidos, que no se notará en los próximos meses, pero si a medio plazo. Mercedes Fernández no ha sido repescada por Rajoy para ir de diputada a Madrid sino para liderar el partido. El PP está llamado a un cambio radical, con el relevo de la cofradía de comensales del Tizón, el famoso grupo de dirigentes del PP (De Lorenzo, Pardo, Aréstegui, Ovidio Sánchez) que decidieron que Cascos no tenía futuro en Asturias. Del PSOE hablaremos otro día.