Mitin de Foro Asturias en Oviedo, en víspera del cierre de campaña. En la capital es donde más se ha desarrollado el conflicto entre un poder institucional local, ligado al viejo sistema bipartidista, y la nueva fuerza emergente constituida en torno a Cascos. Hasta que llegó Foro, el poder de Gabino de Lorenzo era omnímodo, hasta el punto de que cualquiera que osara criticarle era etiquetado de antiovetense. Tras la conspiración de los notables del PP, apiñados en torno al alcalde de Oviedo, contra el actual líder de Foro Asturias, la ciudad se dividió en dos bandos: los que siguieron con De Lorenzo y los que se fueron con Cascos. Desde entonces, Gabino hace equilibrios en la cuerda floja de una minoría de once concejales que no le ha servido para llevar adelante el macroaparcamiento diseñado para el centro de la ciudad. De Lorenzo gobierna apoyado en la abstención socialista, pero se encuentra ante problemas de difícil solución como el creado con la retasación del palacete de Villa Magdalena.

En el auditorio, Cascos señaló que Foro había llegado a la vida pública asturiana para desenmascarar a los que endeudaron Asturias con su despilfarro, que son los mismos que rechazan los ajustes del presupuesto. Dentro de ese planteamiento general se inscribe el interés por conocer las “prebendas y los trapicheos” que se cobijan en el Niemeyer y la TPA.

Una vez repasada la labor realizada por el Principado en los primeros meses de mandato, Cascos entró en el debate de la campaña electoral. Los candidatos asturianos del PSOE y del PP juegan el rol de sumisos delegados de los aparatos centrales de los respectivos partidos. Se sienten agradecidos por ir en las listas y no van a reivindicar nada para nuestra tierra. Se conforman con ser mudos integrantes de grandes grupos a los que contribuyen simplemente con su voto. Los principales dirigentes de PSOE y PP no tienen a Asturias entre sus preocupaciones, porque están entregados a una tarea nacional en la que nuestra región pinta poco, porque sólo aporta ocho escaños a los trescientos cincuenta del Congreso de los Diputados. Cascos señaló que Rajoy vino dos veces a Asturias en campaña y no dijo ni una palabra de los problemas asturianos ni se comprometió a solucionar ninguna de las cuestiones que tiene pendientes nuestra región. A partir de esas premisas explicitó el valor del voto a Foro.