No por esperado el triunfo de Rajoy ha sido menos rotundo. Como temía Rubalcaba, una victoria absoluta, que se suma a la hegemonía del PP en las comunidades autónomas y al dominio en los ayuntamientos. Todas las circunstancias se habían vueltos desfavorables para el PSOE. La campaña estuvo precedida de los datos de la EPA del tercer trimestre elevando la cifra del paro hasta los cinco millones de desempleados, y del registro del Inem correspondiente al mes de octubre, con más de 85.000 asturianos en paro. A lo largo de la campaña electoral la prima de riesgo fue subiendo hasta llegar a los 500 puntos. Una diferencia entre el bono español y el alemán que había sido considerada por la UE suficientemente grave para intervenir en países como Grecia, Irlanda y Portugal. Y la campaña se cerró con la corrección del Gobierno de las previsiones del crecimiento del PIB, reduciendo en un 40% las anteriores estimaciones. Datos demasiado contundentes y negativos para que el ciudadano comprara el mensaje de Rubalcaba de rechazar al PP porque va a desmontar el Estado del Bienestar.
La espectacular mejora de los resultados de IU y de UPyD se debe al votante que huye del PSOE, pero tiene reparos ideológicos para adscribirse al PP. El avance de CiU tiene que ver con la pérdida de escaños del PSC de Carmen Chacón, lo que no será óbice para que la ministra de Defensa en funciones sea candidata a suceder a Rubalcaba, un líder amortizado al personalizar el peor resultado de los socialistas en la democracia.
En Asturias la victoria del PP enlaza con los triunfos de antaño (1996, 2000 y 2004). Sin embargo, nuestra comunidad es la única en que el PP pierde diputados con respecto a los comicios de 2008, de cuatro a tres. El PSOE mantuvo el tipo, al empatar en escaños con el PP. Una mirada más atenta lleva a una interpretación menos optimista, porque en porcentaje de votos, la diferencia entre el socialismo asturiano y el español es mínima. Dicho con otras palabras: la pérdida de apoyos es muy similar, algo que queda enmascarado porque en Asturias no se produjo el tsunami del PP. Foro tuvo una votación muy alejada de sus expectativas. Tendrá voz en Madrid, pero no grupo parlamentario. El problema no está en los votos recibidos sino en las expectativas levantadas. IU duplicó el voto. En puridad, es el verdadero ganador de las urnas asturianas.