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Juan Neira

LARGO DE CAFE

” EL PP ESCOGE BANDO”

El Principado tiene ante sí las dos opciones: prorrogar las actuales cuentas regionales o presentar un nuevo proyecto de presupuestos para 2012. Cada una de las alternativas tiene ventajas e inconvenientes. Si se prorroga el actual presupuesto hasta poder contar con la previsión del Gobierno central, se elaborarán unas cuentas más sólidas, basadas en una proyección de ingresos realista. Ahora bien, el beneficio de la solidez tiene el coste de la herencia: gobernar en el 2012 con las cuentas de 2011 supone aceptar las prioridades del anterior Ejecutivo asturiano y abordar la concertación en precario, porque los agentes sociales desean un nuevo presupuesto.
Si se opta por presentar un nuevo proyecto se trabajará con unas cifras que van a sufrir desviaciones, porque los ingresos por IRPF, IVA o Impuestos Especiales no están respaldados por las previsiones del Gobierno central, ni se conoce exactamente cuál será el volumen de los fondos (suficiencia, convergencia) a recibir del sistema de financiación autonómica. La ventaja reside en que quedan explicitadas las preferencias del Gobierno de Álvarez-Cascos. Hay, aún, otra ventaja política más interesante: se termina con el impasse de esta legislatura, en que los grupos políticos se comportan como si estuviéramos en el prólogo del mandato, actuando y votando de una forma irresponsable, como se puede ver estos días con las resistencias a reducir el déficit del sector público, y antes, cuando convirtieron en gran prioridad de la legislatura la declaración del patrimonio personal de los consejeros. Parece más interesante esta alternativa.
Diálogo
Florentino Alonso Piñón, consejero de la Presidencia, ha invitado a los cuatro grupos parlamentarios a dialogar sobre la elaboración de un nuevo presupuesto, pero PSOE y PP no han respondido. Aunque pueda parecer lo contrario, en este mandato hubo reiterados intentos de diálogo, desde los encuentros cara a cara del actual presidente con el resto de candidatos autonómicos, hasta las largas sesiones de negociación entre Foro y PP para tener una posición conjunta en la sesión de investidura, pasando por las reiteradas peticiones de comparecencias parlamentarias de consejeros, que dieron paso a dilatadas aclaraciones en las comisiones correspondientes. El resultado ha sido nulo por una razón: el bajo coste que tuvo la negativa al acuerdo.
La llegada del PP al Gobierno de la nación y el triunfo de la candidatura de Mercedes Fernández en las elecciones legislativas van a ayudar a clarificar la situación en la Cámara asturiana, donde discrepar ha resultado gratis, por incoherente que fuese el argumento empleado. No me resisto a citar el último ejemplo, protagonizado por Joaquín Aréstegui, al decir el pasado viernes en la Junta General que «urge adelgazar el sector público» y que se deben «devolver empresas al sector privado, porque no tienen sentido en el sector público», mientras su partido se aliaba con PSOE e IU para quitar potestad al Gobierno regional para reordenar el sector público asturiano y reducir su tamaño. Para el PP está prohibido privatizar Sedes y restar un euro al gasto en la RTPA.
Izquierda
La presentación del proyecto de Presupuestos va a ayudar a retratarse a cada grupo parlamentario. PSOE e IU votarán en contra de cualquier modelo de cuentas que presente el Gobierno regional. Pudiera interpretarse como una muestra de sectarismo, pero esa es la práctica generalizada en la política española: la izquierda sólo aprueba sus propios presupuestos y únicamente acepta negociar o gobernar con grupos nacionalistas. Para PSOE e IU, Foro es un grupo de derechas, así que responderá a cualquier presupuesto del Gobierno regional con una enmienda a la totalidad.
Caso distinto es el del PP. En su primera declaración en la noche electoral, Rajoy declaró sin ambages que el déficit público es su enemigo, y Cascos tiene como prioridad el cumplimiento de los objetivos del déficit. Rajoy quiere reducir drásticamente el número de empresas públicas y Cascos propone privatizar y recortar gastos. Rajoy tiene para las televisiones autonómicas un proyecto que coincide esencialmente con los planes del Principado. La sintonía es evidente, como quedará demostrado con el voto afirmativo de Enrique Álvarez Sostres a la investidura presidencial de Rajoy.
El debate presupuestario pondrá al grupo parlamentario del PP ante la necesidad de escoger entre la incoherencia de la alianza con el PSOE y el acuerdo con el Gobierno. En la letra pequeña, ambas partes, Foro y PP, tendrán que hacer mutuas concesiones, pero la decisión estratégica corresponde al grupo de Pérez Espinosa, porque le toca decir en qué bando está. Esa duda no la tiene Mercedes Fernández que a lo largo de toda su vida política estuvo enfrentada al PSOE.
El PP asturiano necesita sintonizar con su electorado que fue a las urnas pensando en hacer presidente a Rajoy. La entente con la izquierda sirve para paralizar la acción del Gobierno regional, pero por esa vía sólo estará satisfecho el electorado de izquierdas. En la cuestión de los presupuestos se podrá comprobar si el PP hace política pensando en el espectro social de centro-derecha, o hace causa común con el PSOE, una estrategia que sólo beneficia al militante del PP llamado Gabino de Lorenzo, que pretende que el Gobierno le saque del hoyo de Villa Magdalena.

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por JUAN NEIRA

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