Pérez-Espinosa y López Ares han registrado una proposición de ley para convertir en norma el déficit cero en el Principado. Como aclararon las dos diputadas del PP, se trata de que los gastos no desborden ni en un euro a los ingresos, dejando un margen para acometer inversiones y para las situaciones de crisis. En la proposición de ley se fija un techo para el gasto y el endeudamiento de la comunidad autónoma, estableciendo la responsabilidad en que incurrirán los gestores en el caso de que superen los límites marcados.
Con rango nacional, Rajoy ya anunció que va a imponer un límite de gasto a todas las administraciones. El déficit público y el nivel de endeudamiento se controlarán desde el Gobierno central. Asturias, como Cataluña o Murcia, no tiene nada más –y nada menos- que atenernse a las pautas marcadas a escala estatal, que están negociadas en Bruselas. El Consejo de Política Fiscal y Financiera, la Comisión europea y las agencias de calificación de rating nos juzgarán por ese baremo y más nos vale cumplirlo. Hacer una ley asturiana para resolver un problema general que abarca a todas las administraciones y a todos los países de la eurozona es tan útil como ponerse un abrigo en verano.
Lo importante de esta proposición de ley no está en la letra de su articulado sino en la voluntad de las dos diputadas de declararle la guerra al déficit público. Es una tranquilidad saberlo. La amenaza de la oposición, PP incluido, de blindar el gasto del sector público asturiano chocaba frontalmente con el objetivo del déficit cero. Al final, el propio PP prefirió reducir el blindaje a las cantidades adeudadas a la RTPA. Es una primera rectificación que debe dar paso a otras, porque el PP alterna las llamadas genéricas a la consolidación fiscal con la exigencia de mantener los niveles de gasto en las más diversas actividades. De todos es sabido que es imposible conjugar el blanco con el negro. La preocupación por la estabilidad presupuestaria debería llevarles a pensar sobre el presupuesto del Principado para el 2012. Hacer leyes sobre el gasto público y negarse a discutir sobre las políticas concretas de gasto es contradictorio. El PP asturiano se apunta a todo, a las directrices de ahorro y a las de gasto, a abrazar los principios de derecha y a presentar iniciativas parlamentarias con la izquierda. El impasse se alarga.