El recorte de recursos aplicado a Asturias por el nuevo equipo económico del Gobierno es mucho más duro que el realizado a otras comunidades autónomas. Estoy convencido que el Ejecutivo de Rajoy no tiene ninguna animadversión hacia nuestra región, pero es imposible actuar ecuánimemente cuando se anulan programas de gasto sin reparar en su destino, cuando se dan tajos al presupuesto con los ojos vendados. El ministro de Hacienda tiene que equilibrar las cuentas lo más rápidamente posible, pero debe haber alguien en el Gobierno, por encima de Cristóbal Montoro, que valore políticamente el sentido de los recortes. Una cosa es quitar la ayuda a los jóvenes para el alquiler de viviendas, que no es una medida que tenga que ver con unas regiones concretas, y otra muy distinta suprimir los fondos mineros, estando más de la mitad de ellos destinados al Principado (en el actual plan de la minería, los fondos tienen una cobertura de 2.880 millones de euros, siendo 1.716 para nuestra región).
Asturias es la principal receptora de fondos mineros y es la comunidad autónoma que tiene más tramos de autovías pendientes de finalizar. Pues bien, el ajuste de Montoro y De Guindos contiene una restricción de crédito de 1.600 millones de euros en el Ministerio de Fomento y anula los fondos mineros, de los que hay 1.000 millones sin ejecutar en proyectos asturianos. Ninguna región recibe ese doble golpe de retirada de financiación y previsible estancamiento de inversiones. Y por si fuera poco, el aplazamiento hasta 2013 de nuevos beneficiarios de la Ley de Dependencia afectará de forma especial a Asturias, al ser la segunda región más envejecida de España.
Álvarez-Cascos desea comparecer en la Junta General del Principado para que todas las fuerzas parlamentarias hagan un frente común en la defensa de los intereses regionales ante Madrid. La respuesta dada por los distintos portavoces no puede ser más decepcionante. Ovidio Sánchez dice que el ajuste no afectará a los más débiles, mientras que Fernando Lastra habla del doble fraude que sufre Asturias a manos de Rajoy y Cascos. El PP y el PSOE están tan poco acostumbrados a que el Principado responda con celeridad ante planes adversos del Gobierno central, que sus representantes realizan manifestaciones incoherentes y disparatadas, como si el interés de Asturias no estuviera en juego.