Continúa el baile de máscaras en el palacio de la Junta General del Principado, con múltiples reuniones entre candidatos para intentar venderse mutuamente la mercancía de la gobernabilidad. La izquierda más a la izquierda se entrevista con la derecha más a la derecha y los del centro imposible giran a un lado y a otro para lograr entre todos hacer un apaño de mayoría parlamentaria que se ponga a gobernar. Todo ese cúmulo de contactos bilaterales, con intercambio de documentación (folletos, DVD), es puro decorado de cartón piedra, porque sólo hace falta saber dos cosas: si el PP está dispuesto a votar la investidura de Álvarez-Cascos, y si es de derechas o de izquierdas el último pétalo de la margarita que deshoja Ignacio Prendes. El resto sobra.

Jesús Iglesias ya había declarado que apoyaría la investidura de Javier Fernández y ahora hemos sabido las condiciones mínimas que establece para hacer efectivo ese respaldo: defensa de los servicios públicos (sanidad, educación y servicios sociales), la apuesta por la concertación social y el impulso para implantar pautas de transparencia en la gestión pública. No hay un sólo grupo político en España que no defienda los servicios públicos, así que es absurdo pensar que Javier Fernández sea una excepción. Todos los partidos hablan de transparencia; el término “transparencia” se ha convertido ya en un mantra de los discursos políticos en el mundo avanzado, de modo que los socialistas defenderán la propuesta con tanto ardor como IU. Aviso para ilusos: ningún código de transparencia garantiza la honradez en la gestión pública. En cuanto a propiciar la concertación social, no deja de ser una seña de identidad de la política asturiana. En las últimas legislaturas, la concertación social fue un peaje que tuvieron que pagar todos los gobiernos, sin que aportase nada a la asignación de recursos realizada por el Principado.

A lo que íbamos. Las tres condiciones son el celofán con que IU envuelve el apoyo a Javier Fernández. Entre dos candidatos del PSOE y Foro, a los diputados de IU no les queda otro remedio que apoyar al socialista. Con condiciones y sin ellas. La izquierda ya gobernó en coalición y volverá a repetir la experiencia, si le dejan. Lo que resta saber es si en el bando de la derecha las cosas funcionan con la misma lógica que en el de la izquierda. En caso de ser así, decide Prendes.