Mercedes Fernández defiende el proyecto de presupuestos generales del Estado aprobado por el Gobierno de Rajoy, ante las críticas de los líderes de izquierda. La diputada popular resalta que el Principado recibe la cuarta inversión más alta entre todas las comunidades autónomas y que con ella se podrá completar la autovía del Cantábrico y la variante de Pajares. En términos comparativos salimos mejor tratados que la mayoría de las regiones, aunque en algunas partidas, como los fondos mineros o los accesos a El Musel, el saldo sea decepcionante. En Asturias siempre hubo una permanente queja sobre la atención que nos dedicaron los distintos gobiernos centrales, pero con los números en la mano esa crítica no se sostiene. Rajoy sigue la misma estela de Zapatero, Aznar y Felipe González. En términos generales, Asturias fue mejor tratada en la aprobación de los presupuestos que en la ejecución de las cuentas. Con excesiva frecuencia, los millones de euros dedicados para autovías o carreteras quedaron sin gastar, pero esa es otra historia.
Antonio Trevín discrepa sobre la cuantía del recorte presupuestario, diciendo que no es de 50 millones de euros, sino de 90, porque el PP computa como inversión el dinero destinado a pagar las expropiaciones. No entiendo el motivo para no contabilizar el coste de las expropiaciones, porque el Estado tiene que dedicar recursos para hacerse con la titularidad de los terrenos por los que discurren autovías y trazados ferroviarios. El precio de la expropiación forma parte de la inversión, como el pago por los solares repercute en el precio de las viviendas. Los socialistas consideran que con los presupuestos de Rajoy se ponen en peligro cincuenta empresas y se perderán entre 1.000 y 2.000 puestos de trabajo. Es un planteamiento efectista, pero habría que preguntarse si esas empresas y puestos de trabajo se pierden por culpa del recorte de Rajoy o por el comportamiento general del mercado de la construcción en los últimos cuatro años. Si aceptásemos el argumento, podríamos preguntarnos por los empleos perdidos por culpa de Zapatero al no haber inaugurado ni un kilómetro de la autovía del Cantábrico en los dos últimos años de su mandato.
Gaspar Llamazares dice que Rajoy no poda la inversión pública, sino que la tala. Acabada la lucha de clases, la izquierda inaugura la lucha de frases.