Los socialistas presentaron alegaciones ante el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) sobre el recurso contencioso interpuesto por Foro contra los 332 votos de la emigración que no pasaron por las oficinas consulares. Los argumentos de Foro no fueron atendidos por la Junta Electoral Central, que aceptó la irregularidad de la vía seguida por los citados votantes al rechazar que fuera suficiente para anular los sufragios. Las juntas electorales (provincial y central) dan por bueno el envío directo de los sufragios. Si se dicta que los órganos electorales actuaron correctamente cabe preguntarse qué pasaría si todos los emigrantes mandaran las papeletas directamente a Asturias. Es una pregunta interesante porque lleva a un callejón sin salida: en caso de que la generalización de la irregularidad llevara a repetir los comicios, tendrían que decir los tribunales a partir de qué numero de anomalías se pasa de la validez a la nulidad; si la generalización de la irregularidad no empaña el proceso, puede deducirse que la reforma de la ley, obligando a votar a través de los consulados, no afecta al resultado de las elecciones, luego el proceso se rige por la norma antigua. O falla la ley o falla su aplicación.

El TSJA tiene de plazo hasta el próximo lunes para resolver. Como la Junta General del Principado se constituye el próximo viernes, es probable que antes conozcamos su veredicto. La importancia del fallo es grande, porque de él depende que Foro ocupe doce o trece escaños en el Parlamento. Con trece, el centro-derecha tendría mayoría absoluta y con doce habría un empate entre los dos bloques, PSOE-IU y Foro-PP. La propia composición de la Mesa de la Junta General del Principado sería distinta de dar por válidos o no los 332 sufragios de la emigración. Constituir el Parlamento sobre bases falsas sería un error imperdonable.

El nuevo Gobierno asturiano depende tanto de las negociaciones entre los partidos como de las decisiones de los tribunales. Sobre este asunto hay que recordar que tras el fallo del TSJA cabe recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional (TC). Si la Mesa del Parlamento no actúa con prudencia cabe la posibilidad de que se llegue a la sesión de investidura con el TC deliberando sobre el voto emigrante asturiano. Y a partir de ahí el esperpento: nuevas elecciones, moción de censura y nuevo presidente.