Fuentes de la dirección nacional del PP aseguran que harán todo lo posible para que haya un gobierno de centro-derecha en Asturias. Desde la sede de Génova se afirma que todo está pendiente de la sentencia del Tribunal Constitucional (TC) sobre la validez del voto emigrante y de la opción que tome UPyD.
Hacer todo lo que esté en su mano significa apoyar al candidato del partido con más votos y escaños del centro-derecha, que es tanto como decir Álvarez-Cascos. Plantear una candidatura alternativa a la Presidencia del Gobierno, como condición ineludible para el pacto entre Foro y PP, es levantar obstáculos para el acuerdo. Llegar a la sesión de investidura con dos candidatos del mismo espectro ideológico supone darle ventajas a la izquierda, máxime, cuando el diputado de UPyD está situado entre los dos bloques, a la expectativa de ver quién ofrece más garantías de estabilidad. Si el PP quiere para Asturias un presidente no socialista está obligado a apoyar a Cascos, aunque puede decidir quedar fuera del gobierno y darle cobertura desde el Parlamento. Estas consideraciones son elementales y valen para Foro y PP, como para cualquier otro par de formaciones afines ideológicamente y que decidan aliarse para tener un gobierno que desarrolle los postulados del programa que comparten.
La actividad política en Asturias está detenida, pendiente de lo que decida el TC. Si revoca la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) la gobernabilidad de la región quedará en manos de UPyD. Si confirma la sentencia, la Presidencia dependerá de lo que haga el PP, porque es muy dudoso que Ignacio Prendes tome partido y apoye a la izquierda para provocar un empate a veintidós diputados. Bien es cierto que la cosa no acabaría ahí, porque se repetirían los comicios en la circunscripción occidental y sólo después del escrutinio de los votos se podría saber cuál es la correlación de fuerzas para los tres años de legislatura. En definitiva, que hay tres incógnitas: la sentencia del TC, la decisión de UPyD y la postura final del PP. En cualquier caso, la izquierda ya ha hecho su trabajo, con el pacto de PSOE e IU, que da visibilidad a la opción de Javier Fernández como futuro presidente. Y la derecha todavía no ha hecho el suyo. Las entrevistas entre Álvarez-Cascos y Mercedes Fernández se han interrumpido o terminado, sin sellar el pacto.