>

Blogs

Juan Neira

LARGO DE CAFE

FILOSOFÍA DE GOBIERNO

Había mucha expectación por escuchar el discurso de investidura de Javier Fernández. Nunca un candidato a la Presidencia del Principado llevaba tanto tiempo preparándose para esa tarea. En las elecciones del año 2007, le tocaba recoger el relevo de Areces, al menos eso era lo hablado con el equipo de Zapatero, aunque al final Areces optó a un tercer mandato y él se quedó de jefe del partido. En el año 2010 fue proclamado candidato socialista, cuando el resto de partidos no había movido pieza. Le tocaba vencer en los comicios de 2011, pero la llegada de Foro echó por tierra todos los pronósticos. Por fin, tras la convocatoria extraordinaria de elecciones del 25 de marzo, ganó las elecciones, negoció los apoyos y ayer se presentó ante la Cámara con la mayoría absoluta debajo del brazo y rodeado de expectación explicó su forma de afrontar la tarea de gobernar.

La letra del discurso y el gesto del candidato fueron típicos de Javier Fernández, moderado en los planteamientos, lleno de cautelas, y convencido de la prioridad del empleo, la bondad de los servicios públicos, del valor singular del territorio asturiano, del carácter imprescindible de la industria y de las verdades del credo socialista.

Javier Fernández rechazó el déficit cero, pero aclaró que incumplir la ley no será una opción de su gobierno. Acepta gobernar con austeridad, pero distingue entre austeridad abrasiva y austeridad sin exclusión social. No hace falta añadir que se apunta a esta última. El presidente virtual del Principado abominó de los nuevos copagos sanitarios, de la revisión de la cartera de servicios y de la pérdida del sentido universal de la sanidad española. A lo largo de su intervención tuvo buen cuidado en subrayar todos los enunciados ideológicos que permitían las materias a las que pasaba revista.

Vamos con los matices. La defensa de la Administración del Principado. El candidato dijo que defendería a los empleados públicos, que pretenden convertir en chivos expiatorios de la crisis. El ataque a los empleados es, a su entender, un medio para desprestigiar lo público. Su defensa del funcionariado vale para épocas de crisis y de prosperidad. Me explico. Javier Fernández nunca vio con buenos ojos los sucesivos choques habidos entre los gobiernos socialistas y los distintos colectivos de la Administración, particularmente los enfrentamientos entre los consejeros de salud y los profesionales de la sanidad. La defensa de los empleados públicos es un guiño a recorrer juntos el camino, o si se quiere, es una invitación a recuperar la complicidad que había en los años ochenta del siglo pasado entre los gobiernos socialistas y unos colectivos laborales en los que había una importante implantación de los sindicatos de clase. Los tiempos cambiaron, pero Javier Fernández quiere recuperar la sintonía perdida.

La defensa de la sanidad y educación pública, así como de los servicios sociales, fue rotunda, pero apoyada en pocos datos concretos. Dijo que se marcaba como objetivo que el abandono de la enseñanza postobligatoria se redujera en un 15%, pero poniendo como plazo el año 2020. O que el 40% de los universitarios alcancen la titulación, pero sin especificar el periodo que se marca para lograr esa meta.

La razón de la las escasas cifras y la ausencia de compromisos concretos se debe a una causa: los 616 millones de euros que deberá recortar del presupuesto. El debate de investidura se celebra en unas circunstancias excepcionales, con Montoro amenazando con intervenir las cuentas del Principado y dando un plazo sumario para darle un tajo del 15% a las cuentas prorrogadas. Así no hay forma de discutir sobre bases firmes. El discurso de Javier Fernández fue más la exposición de una filosofía de gobierno, que la presentación de un programa de gobierno. En la intervención quedaron reseñados los pilares sobre las que va a edificar su mandato, así como el dibujo de su impronta personal como líder del Ejecutivo, pero no fue posible poner guarismos, porque estamos en plena provisionalidad, pendientes de cómo se concreten los recortes que exige Montoro.

En el discurso de Javier Fernández quedó como un pastiche la parte dedicada a incluir las exigencias de UPyD para la firma del pacto de legislatura. Antes de decir que remitirá un estudio sobre reordenación de ayuntamientos al Parlamento, señaló que en Asturias no hay excesivos municipios y que el actual mapa local no es producto de azares ni de caprichos. Aclaró que cualquier fusión parte de la voluntariedad, sin descartar la obligatoriedad en algún caso, que no especificó.

En cuanto a la famosa comisión de investigación parlamentaria sobre los aprovisionamientos del Principado en el último mandato de Areces, aseguró que no pondrá ningún obstáculo a su formación. ¿Quién la impulsará? En cuanto a la creación de una sola circunscripción electoral, señaló que es una petición de IU y UPyD, para decir a continuación que está dispuesto a debatir los cambios de legislación electoral en una comisión no permanente. La sintonía con las tres propuestas es mínima, por no decir inexistente. Dos comisiones y un estudio bien valen una mayoría absoluta.

Temas

por JUAN NEIRA

Sobre el autor