Dolores Carcedo ha explicado en la Cámara el plan de ajuste aprobado en el último Consejo de Política Fiscal y Financiera. La consejera de Hacienda y Sector Público ha repasado las grandes cifras de la operación que descansa sobre todo en la llamada, “reprogramación de las inversiones” (326 millones de euros), que supone el 65% del reequilibrio total de las cuentas. El recorte de gasto corriente sólo permite reducir el déficit en 130 millones. Tras el ajuste, el presupuesto ha quedado corregido a la baja hasta situarlo en 3.843 millones (pese a la proximidad en el calendario, qué lejos quedan ya aquellos tiempos en que IU exigía a los socialistas un techo de gasto superior a los 4.400 millones para negociar el presupuesto). La reelaboración de las cuentas se cierra con un necesario endeudamiento de 666 millones.
Ningún dato nuevo en la exposición de la consejera, lo que permite deducir que los aspectos estructurales del déficit regional seguirán presentes en el futuro. La reducción de las inversiones es un recurso temporal y el exceso de gasto -especialmente el sanitario- no se podrá compensar permanentemente por esa vía. El mejor indicador que nos permite ver la inexistencia de un modelo sostenible está en el crecimiento de la deuda en 666 millones. Con las dificultades de financiación que tienen todas las administraciones no se puede confiar en una programación de recursos que conlleve un incremento del 30% en el endeudamiento. Hay que entender que el Ejecutivo de Javier Fernández tuvo que resolver en un periodo mínimo de tiempo un problema que estaba enquistado entre la Administración central y el Principado, pero la fórmula utilizada no sirve para posteriores ejercicios. Hay que reducir más el gasto y para eso no queda otro remedio que recortar en las empresas, entes y organismos públicos.
La oposición se quejó de que el recorte llegó tarde, porque los nuevos objetivos de déficit dictados por Cristóbal Montoro (0,7% del PIB para 2013) obligan a un recorte de otros 300 millones. Si se pone el punto de mira en el próximo presupuesto, cuya elaboración debe ultimar el Gobierno regional en el mes de septiembre, el ajuste debe ser aún mayor porque la recaudación fiscal está cayendo el 20% con respecto al pasado ejercicio, lo que supone contar ya con 210 millones menos que en 2011. El siguiente ajuste será con bisturí.