En la cita anual de los socialistas en La Camperona, Javier Fernández pidió a Rajoy que luche contra la intervención de la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) en España. El presidente del Principado considera que Rajoy asume como algo inevitable el rescate, lo que implicará más sacrificios para la sociedad. Echando mano de la hemeroteca, el dirigente socialista recuerda cuando el presidente del Gobierno decía que España estaba en libertad vigilada con Zapatero, y ahora, según Fernández, está en libertad bajo fianza con Rajoy.
Es mucho mejor entrar en la senda del equilibrio presupuestario por nuestros propios medios que a través de la ayuda exterior. Los entes que componen la troika no son instituciones benéficas, y dan apoyo económico a cambio de contrapartidas. Además, a la hora de devolver el dinero prestado tienen prioridad en el cobro sobre cualquier otro crédito. Ni Grecia ni Irlanda ni Portugal deseaban la intervención exterior, aunque al final la solicitaron por incapacidad para refinanciar sus deudas. A escala nacional ocurre lo mismo. Cataluña o Valencia prefieren cualquier solución antes de solicitar recursos del Fondo de Liquidez Autonómica, dotado por el Gobierno. Sin embargo, al encontrarse con los mercados cerrados pican a las puertas del Estado. En ambos casos -la intervención de la troika en España y del Estado en las comunidades autónomas- supone un revés político para los gobiernos afectados. Cuando ganó las elecciones el PP por mayoría absoluta, Rajoy no podía imaginar que a los pocos meses estaría España en zona de rescate. Tampoco suponía Artur Mas, al hacerse cargo de la Generalitat, que sería el Gobierno de España quien salvara a Cataluña de la ruina.
El debate no está en si Rajoy se arma de moral para luchar o se entrega ya a las instituciones internacionales. La cuestión a dilucidar no admite planteamientos subjetivos o voluntaristas. ¿Está en condiciones Rajoy de refinanciar la deuda española en los mercados, sin ayuda? El volumen de los vencimientos de deuda, a corto plazo, y la desconfianza de los acreedores en la solvencia de España indican que necesitamos urgentemente el apoyo de las instituciones comunitarias. Como el Banco Central Europeo no está dispuesto a dar apoyos gratis, el rescate se presenta como la única solución.