Mercedes Fernández pide al Principado que elimine la grasa del sector público. El plan del Gobierno regional pasa por desprenderse de la participación en algunas empresas y entes, dejando para el próximo año la fase de fusiones entre sociedades y la aprobación de una ley para el sector público. Se ve que esta planificación no agrada al PP que desea una actuación rauda en el cierre de empresas y sociedades dependientes del Gobierno asturiano. La presidenta del PP dice que ya le gustaría que Javier Fernández trabajara por nuestra región tanto como hace Rajoy por España. Por otro lado, El PP coincide con Foro en solicitar la realización del debate sobre el estado de la región, una propuesta absurda cuando en mayo tuvo lugar el debate de investidura. Por el mismo motivo tampoco se celebró el debate en el 2011.

Comparar a Javier Fernández con Rajoy lleva a resultados dispares según quien haga la valoración. Dando por descontado que los dos gobernantes actúan guiados por la mejor voluntad, podríamos decir que Rajoy no está teniendo mucha suerte en su cometido, porque no supo evitar el desmoronamiento de la banca nacionalizada, no pudo atemperar la escalada del desempleo y no fue capaz de cambiar la percepción que tienen nuestros socios europeos de la economía española. Por desgracia, en todo estamos peor que hace siete meses. La prueba de ello está en la pérdida de intención de voto que sufre el PP en España. A Javier Fernández le asiste el beneficio de la duda al llevar dos meses y medio en el poder, un tiempo muy escaso para hacer una primera valoración. No obstante, en ese corto periodo logró que el Ministerio de Hacienda diera por bueno su plan de ajuste presupuestario, que era la gran urgencia del Principado. Ese plan no le gustó nada al PP asturiano, pero Cristóbal Montoro le dio el visto bueno incondicionalmente.

La grasa o los michelines alcanzaron el nivel de categoría política en el debate público, gracias a una antigua y sectaria intervención de Arzallus en el seno del PNV. Seguro que en el Principado hay grasa, como dice Mercedes Fernández, pero nadie se atreve a señalar dónde hay que hacer la liposucción. Cuando Álvarez-Cascos quiso quitar recursos a empresas públicas, el PP asturiano lideró una iniciativa legal para privar al Principado del control del sector público. Se ve que en diez meses el músculo se convirtió en grasa.