El Ministerio de Hacienda garantiza que el Gobierno dará solución a los problemas de financiación de todas las regiones. Asturias es de las pocas comunidades autónomas que todavía se reafirma en lograr crédito de los bancos sin acogerse al Fondo de Liquidez Autonómica. Mientras el Principado espera que los comités de riesgos de las entidades financieras aprueben un préstamos de 423 millones de euros para desarrollar el plan de ajuste, Cataluña negocia con el Gobierno de España un adelanto urgente de 120 millones para pagar las nóminas de los trabajadores y los suministros de los proveedores. Por su parte, Andalucía pide a cuenta de la liquidación de impuestos un adelanto de 1.000 millones al Estado.
Ya nadie habla de construir autovías autonómicas, de levantar hospitales o encargar auditorios a arquitectos de postín. Los gobiernos regionales se limitan a dar gritos de auxilio para que papá Estado les salve de la quiebra. El mensaje de Rajoy es balsámico, “habrá dinero para todos”. ¿Hasta cuándo? ¿Tiene fondos el Gobierno de España para refinanciar toda la deuda de las comunidades autónomas, los pagos a los proveedores y los salarios de los empleados? ¿Cómo puede hablar con tanta seguridad, cuando la propia Administración central ya sobrepasó en el mes de julio el límite de déficit que tenía asignado para todo el año? ¿Es prudente respaldar la gestión de un conjunto de gobernantes irresponsables y manirrotos que son incapaces de romper con la inercia de gasto de los años de bonanza? ¿No exige el sentido común que cualquier ayuda financiera esté sujeta a estrictas condiciones para asegurarse la devolución de la misma?
En condiciones normales el Principado podría recibir 423 millones de los bancos, pero como las entidades crediticias están obligadas a financiar el Fondo de Liquidez Autonómica es probable que quieran darle dinero a las comunidades autónomas a través de la ventanilla oficial del Estado, porque en caso de impago responde Rajoy. En este escenario habría que considerar como un triunfo la obtención de crédito privado por parte del Principado. Sería una forma de demostrar que hay un sello de calidad o de seriedad que separa a Asturias de ese conjunto de comunidades derrochadoras e insolventes. La situación se ha degradado tanto los últimos años que pagar las facturas es un hecho sobresaliente.