En Pruvia, ante la plana mayor de Foro, Álvarez-Cascos pronunció un discurso que supone el estreno del curso político del principal partido de la oposición asturiana. La intervención de Cascos fue de gran enjundia política, con Rajoy y Javier Fernández convertidos en blanco principal de su crítica. El ex presidente del Principado volvió a recordar que la unión de la izquierda y la derecha en el Parlamento impidió la aprobación del proyecto de presupuestos y culpó a Rajoy de impedir la alianza entre Foro y UPyD. Cascos equiparó el descrédito de Rajoy con el de Zapatero, con el agravante para el primero de haber perdido su prestigio en sólo ocho meses. Sobre Javier Fernández hizo observar la profusión de huelgas que jalonan los primeros meses de su mandato y criticó su benevolencia con las decisiones del Gobierno central. Con una suma de desconcierto y desacierto resumió el líder de la oposición la gestión socialista.
La dialéctica política se basa en la confrontación de discursos. Puede haber consensos o acuerdos, pero la esencia del juego político consiste en oponer alternativas. Al partido que lidera la oposición le toca criticar al Gobierno y este articula su defensa sobre el rechazo sin ambages de los argumentos opositores. Rajoy y Rubalcaba ejemplifican esta dialéctica, como antes lo hicieron Zapatero y Rajoy, y previamente, Aznar y Zapatero. En Asturias no se cumplió esta norma por la debilidad ideológica, política y organizativa del PP, carente de liderazgo regional y cobijado en el Ayuntamiento de Oviedo, salvavidas del partido. El trasvase de votos del PP a Foro se debió a la necesidad del electorado de superar el déficit de representación.
Foro ha recorrido un ciclo entero en un tiempo récord, desde el nacimiento como partido, pasando por la estancia en el poder, para ubicarse como grupo mayoritario de la oposición. Estaba preparado para batirse con la izquierda, pero tardó en percatarse que su flanco débil estaba en la derecha. Jugó a ser partido transversal, cuando tenía que haber reivindicado desde el Gobierno su adscripción inequívoca al centro-derecha. Trató con guante blanco al Gobierno de Rajoy para militar ahora nítidamente en la oposición. Trabaja en soledad parlamentaria y su alternativa pasa por agrupar bajo sus siglas todo el voto del centro-derecha. Para esa labor no necesita aliados.