La Comisión Ejecutiva elegida en el congreso de la FSA respondió a lo previsto: mezcla de continuidad y renovación característica de los partidos cuando atraviesan periodos de armonía y confianza en el líder. La continuidad tiene que ver con el principal núcleo de dirigentes, el equipo de confianza de Javier Fernández (Jesús Gutiérrez, María Luisa Carcedo, etcétera), y la renovación se produce en los puestos secundarios, con entrada de líderes municipales desconocidos en la escena pública regional. Si sigue el secretario general, iniciando un cuarto mandato, lo lógico es que también continúen los pesos pesados del partido. Al final no falta ni José Ángel Fernández Villa. Vistas así las cosas, hay mucha más continuidad que renovación, ya que no es tan importante el número de altas y bajas, cuanto la permanencia o el cambio en los puestos de jerarquía. Repito, cuando las cosas van bien, y Asturias es la comunidad autónoma en que mejor le va a los socialistas, lo normal es mantener el rumbo y la tripulación.

Rubalcaba se desplazó a Gijón para cerrar el congreso, con una intervención de carácter nacional centrada en los presupuestos generales del Estado. El jefe de los socialistas españoles calificó de “regresivo, antisocial e injusto” el proyecto de Rajoy. Los últimos presupuestos que confeccionó Zapatero, en el otoño de 2010, tenían la misma combinación de recorte de inversiones, disminución en los servicios sociales y congelación en los salarios de los empleados públicos, pero entonces a Rubalcaba le parecían los mejores del mundo porque formaba parte del Gobierno. Los juegos del PSOE y del PP en torno a los presupuestos no son creíbles, porque ambos partidos nos han obsequiado con la misma receta: aumento masivo de impuestos, freno a la actividad productiva, incremento del paro e incapacidad para detener el déficit público (en los siete primeros meses del año, la Administración central ya ha rebasado la cuota de déficit que tenía asignada para todo el año).

En su discurso, Rubalcaba contrapuso el modelo de Rajoy con el de los socialistas asturianos, con varios ejemplos, como la reforma de la sanidad del Gobierno y la atención sanitaria a los inmigrantes en el Principado. Más allá de lo acertado o errado de las observaciones, lo que hay que destacar es que el estilo de Javier Fernández es la referencia para todo el PSOE.