El debate sobre el estado de la región terminó como empezó dejando una sensación de extrañeza por tratar en profundidad la actuación de un gobierno que lleva cuatro meses y medio al frente de la región. No se puede evaluar el mandato cuando acaba de empezar. El Principado apenas tuvo tiempo para hacer frente a los problemas, así que no cabe hablar de balance positivo ni negativo. Dentro de un año llegará el momento de discutir en profundidad sobre la gestión del nuevo presidente.

Dejando a un lado la actuación del portavoz socialista, las intervenciones de los partidos de la oposición cabe dividirlas en dos apartados, en uno están los grupos que votaron la investidura de Javier Fernández, IU y UPyD, y en el otro los que se opusieron a ella, Foro y PP. En los debates de esta naturaleza no suele ser muy lucido el papel que juegan los aliados del Gobierno, y en esta ocasión tampoco fue una excepción. Ignacio Prendes se equivocó de planteamiento con un discurso en torno las referencias ideológicas de UPyD, que no son forzosamente las que marcan la coyuntura asturiana. El tono amable en el intercambio dialéctico entre Prendes y Fernández muestra que el pacto de legislatura entre ambos es demasiado sólido como para peligrar por las diferencias que surgen en el día a día. Ángel González se estrenaba como portavoz de IU y realizó una extraña intervención criticando a Rajoy mientras miraba a Javier Fernández. Al final leyó de corrido una serie de exigencias para que todo el mundo entienda que son las condiciones de IU para aprobar el presupuesto de 2013.

El debate real se produjo entre el presidente y los portavoces del centro-derecha. Mercedes Fernández estuvo muy cómoda en la tribuna del Parlamento, como ocurría hace 29 años cuando debutaba en el pleno del Ayuntamiento de Gijón. Realizó una defensa cerrada de la política de Rajoy, tan cuestionada por el resto de portavoces. La dirigente popular busca más la palabra efectista que la raíz de los problemas y de ahí la petición de la renuncia a los sueldos. El verdadero duelo parlamentario tuvo lugar entre Javier Fernández y Álvarez-Cascos, ya que este último fue el único portavoz de la oposición que realizó una crítica frontal a la gestión del Gobierno. Como hace un año en el debate de investidura de Cascos, el intercambio dialéctico entre los líderes del PSOE y de Foro fue lo mejor de la sesión.