En la polémica abierta con el cuestionamiento de Rubalcaba, Javier Fernández apoya decididamente al secretario general del PSOE, al considerar que necesita tiempo para desarrollar una alternativa creíble. Según el líder asturiano la erosión sufrida por el partido, tras la etapa en el Gobierno, no se recupera de un día para otro.

En el último congreso de los socialistas, el duelo entre Rubalcaba y Chacón forzó el alineamiento de las federaciones, destacando la asturiana y la vasca como máximas defensoras de Rubalcaba. Su victoria reforzó el papel de Patxi López y Javier Fernández dentro del partido. Ocho meses más tarde las cosas han cambiado y se alzan voces, como la del expresidente manchego, José María Barreda, pidiendo elecciones primarias. El rotundo fracaso en los comicios autonómicos de Galicia y País Vasco ha dejado sin crédito a Rubalcaba. Se olvida, sin embargo, que en las elecciones asturianas y andaluzas, de primavera, los socialistas salieron airosos logrando alcanzar el poder en Asturias y mantenerlo en Andalucía. ¿Es caprichosa la militancia socialista que olvida las victorias y magnifica las derrotas? No, porque entre unas y otras está el permanente descenso del PSOE en las encuestas de intención de voto. Estamos a un mes de los comicios catalanes y todos los sondeos anticipan el tercer descalabro socialista de otoño.

En todos los partidos, la militancia está atada a código de secta, y carecen de suficiente paralaje de miras para reflexionar sobre los problemas. ¿Por qué no vale Rubalcaba? ¿No habíamos quedado en que era el más experto, inteligente y brillante de los dirigentes socialistas? El actual líder del PSOE está marcado por la gestión de Zapatero, temeraria en su primera legislatura, cuando alentó la revisión de los estatutos de Autonomía, y terrible en el segundo mandato, cuando tuvo que hacer frente a la crisis económica. El peor presidente de la democracia. Todos los líderes asociados a Zapatero, como Rubalcaba y Chacón, parten con un gran hándicap para devolver la credibilidad al socialismo. Javier Fernández dice que hay que darle tiempo a Rubalcaba. Concedido ese margen es probable que veamos el derrumbamiento electoral del PP, pero en una situación de crisis profunda el voto irá mayoritariamente a otros partidos. O rectifican los socialistas, o su crisis será la del bipartidismo.