Despedida a Santiago Carrillo, en Gijón, con la presencia de los dos principales líderes sindicales de España, Javier Fernández y la plana mayor de IU. Palabras de elogio hacia el papel jugado por el secretario general del Partido Comunista en la transición, y alabanzas hacia su figura en contraste con la mediocridad de los actuales líderes. Oídos los discursos, tal parece que para hacer frente a la crisis económica se echa en falta a la clase política de la transición.
Unidad de la izquierda para el adiós de Santiago Carrillo, cuando a lo largo de su carrera política se le negó el pan y la sal desde las filas del socialismo. En la clandestinidad, el sectarismo del PCE y del PSOE impidió que pudieran trabajar juntos. Cuando se acercaba el final del franquismo, Carrillo tuvo de aliado a Tierno Galván (PSP) y a personajes de la derecha liberal, como Calvo Serer y García Trevijano, formando entre todos la Junta Democrática. El PSOE, con la Democracia Cristiana, constituyó la Plataforma de Convergencia Democrática. Ambos partidos rivalizaron por una misma clientela electoral, y sólo firmaron un pacto de izquierdas (abril de 1979), a escala municipal, para gobernar la mayoría de los ayuntamientos. Hasta que Zapatero no fue presidente de Gobierno no empezó a ser reivindicada la figura de Carrillo como un patrimonio común de la izquierda.
Carrillo sacrificó los deseos y las aspiraciones de los comunistas para asentar la democracia. Hizo todo tipo de renuncias para preservar las instituciones democráticas. Una tarea paralela a la que llevó a cabo Adolfo Suárez en la derecha. Ambos pagaron con el temprano ostracismo el papel desempeñado en la transición. Como líder político, el enorme mérito de Carrillo consistió en saber ver en los lejanos años cincuenta que la democracia volvería a España a través de la reconciliación nacional y tuvo la valentía de convertir ese objetivo en la política de su partido. Ningún otro líder político ni ningún intelectual logró percatarse de lo que ocurriría veinte años más tarde.
En sus últimos artículos criticó la política de austeridad de Rajoy, tan atada a las consignas que llegan de Alemania. De lo que tengo más dudas es sobre lo que haría Carrillo si estuviera formando parte de un pacto de gobierno, porque si en algo ganaba el antiguo secretario general del PCE al resto de políticos eran en realismo.