Las declaraciones de Dolores de Cospedal, animando a los militantes de Foro a integrarse en el PP, encontraron réplica en las manifestaciones de la diputada Cristina Coto advirtiendo que los dos partidos (Foro y PP) no participan de un mismo modelo organizativo, y haciendo hincapié en las maniobras del PP, en el invierno pasado, para dejar a Asturias sin presupuestos.
Llama la atención que en vísperas del congreso regional el principal mensaje de la número dos del PP vaya dirigido a los militantes de Foro. También es extraño que no haya aprovechado su visita a Asturias para hacer una defensa cerrada de la política de Rajoy, a no ser que considere que en esta época de recortes la actuación del Ejecutivo convence, por si misma, a los ciudadanos. Respecto a Foro, la cúpula nacional del PP siguió una política zigzagueante. En una primera etapa, el nuevo partido era inexistente y el nombre de su líder, impronunciable. Posteriormente, con Foro en el gobierno de la región, dieron cobertura al grupo parlamentario liderado por Pérez-Espinosa, que cargaba contra la gestión de Álvarez-Cascos con la fuerza de los partidos opositores que se sienten en las antípodas ideológicas del Gobierno. Ahora estamos en la etapa de las similitudes, así que por el precio de estar en Foro se puede militar en el PP, con las ventajas añadidas que tiene la estancia en un partido grande. ¿Qué modelo de PP deben tener como referencia los militantes de Foro? ¿El que bloqueaba la gestión del sector público al Gobierno de Cascos y le impedía poner orden en el Niemeyer o el que reconoce que son dos partidos del centro-derecha?
Es muy probable que el llamamiento a la militancia ajena, por parte de Cospedal, provenga de la menguada tropa propia. Durante mucho tiempo, los dirigentes del PP regional restaron importancia al tránsito de afiliados de su partido hacia Foro. Llegaron a decir que había más altas que bajas. Puede que ahora el PP regional tenga un déficit de militancia, y de ahí provenga la oferta al personal del partido de Cascos. Para mudar de casa, en la presente coyuntura, el mayor obstáculo reside en la política de Rajoy, que puede responder a los intereses del Estado pero despierta escasa simpatía entre los ciudadanos. La gente de derechas entiende, aunque disiente, que el PSOE suba los impuestos, pero que lo haga el PP le resulta inaceptable.