Ignacio Prendes declara que no está en condiciones de apoyar el proyecto de presupuestos debido a que las cifras elaborados por el Gobierno regional no le parecen creíbles. El diputado de UPyD quiere unas cuentas realistas que contemplen una reducción de gasto significativa. Sobre el impuesto a la banca, clave del acuerdo entre PSOE e IU, Prendes se muestra más ambiguo, declarando que su partido no es el defensor del sector financiero, para añadir a renglón seguido que el sistema fiscal debe ser serio, rematando con una vieja frase del ex ministro del Interior socialista, José Luis Corcuera: los experimentos con gaseosa.

Siempre es bueno recordar que los presupuestos deben ser realistas. Ejemplo de cuentas fantasiosas son los presupuestos de 2012 aprobados por Rajoy que no tuvieron ni un mes de validez, o los presupuestos del Estado de 2013 levantados sobre unos cimientos voluntaristas, al cifrar la caída del PIB durante el próximo año en el 0,5%, tres veces menos de lo que dicen los organismos internacionales y los gabinetes de estudio independientes. Prendes debería anunciar qué partidas habría que recortar y qué ingresos habría que rebajar. Y explicar sus cálculos, una tarea muy difícil de realizar para un grupo de la oposición, ya que el arsenal de datos está en las exclusivas manos de la consejera de Hacienda.

Hablemos claro. Es muy difícil defender ante los ciudadanos el rechazo presupuestario por discrepancia en las cifras generales (techo de gasto, volumen de recaudación de impuestos). En los debates parlamentarios salen a relucir esos argumentos, pero el disenso se produce siempre sobre la inversión, el gasto social o la asunción de deuda. El diputado de UPyD no le va a decir a la Junta General del Principado y a la región que deja Asturias sin presupuestos porque los recortes son leves o demasiado optimistas los cálculos fiscales. Con ese discurso de los presupuestos no creíbles trata de ganar tiempo para digerir el impuesto a la banca que no estaba en la dieta de UPyD. El “diputado veintitrés” no tiene margen para la discrepancia, sólo tiene en sus manos la posibilidad de maquillar las cifras aireando alguna reivindicación propia, que los socialistas, con gran “esfuerzo”, aceptarán. Habrá impuesto a la banca y presupuestos de izquierda votados por los escaños del centro-izquierda. Sobran las disculpas.