En los presupuestos de 2013 se establece que el Principado espera recaudar 2.259 millones de euros, lo que supone un 16% más de lo previsto en el Plan Económico Financiero. El mayor aumento viene por la vía de los impuestos indirectos, un tipo de imposición denostada por la izquierda. Al incremento colabora el mayor gravamen sobre los hidrocarburos, el nuevo impuesto sobre la banca, el cambio introducido en el canon de saneamiento (eleva su recaudación en el 61%) o el aumento del tipo impositivo en el Impuesto sobre Patrimonio. En las previsiones hay una dosis de optimismo, porque prever un ingreso de 30 millones de euros gravando los depósitos de la banca es un cálculo voluntarista, una vez que el Gobierno de España ha tomado medidas para anular los intentos autonómicos de poner un tributo al sector financiero. El crecimiento de recursos viene contrarrestado con la bajada de las transferencias del Estado (alrededor de 100 millones) o con otras partidas, como las cargas financieras, que aumentan en 70 millones de euros.
Aunque el Principado e IU pusieron mucho ahínco en obtener nuevos recursos tributarios, la crisis económica y la ya elevada presión fiscal asturiana no permiten que crezca la recaudación tanto como deseaban. Si al final del próximo ejercicio recaudan el 16% más que en 2012 pueden dar saltos de alegría. El proyecto de presupuestos no despeja las dudas sobre el control del déficit. En estos momentos estamos en una situación excepcional derivada de haber estado el primer semestre del año en prórroga presupuestaria, lo que significó que el Principado sólo autorizara el pago de las nóminas de los empleados públicos. Desde el primer trimestre del año las cuentas arrojaron superávit. A 30 de septiembre seguía el Principado con un excedente de recursos, situación que va a cambiar para final de año, ya que no es posible tener compromisos de pago indefinidamente prorrogados. El presupuesto contempla un ajuste del 1% sobre el gasto, y el Gobierno central obliga a las comunidades autónomas a no sobrepasar el 0,7% de déficit público. Hay un contraste entre la moderación del ajuste de gastos en el Principado y la reducción del déficit.
El gasto social se ha convertido en la ideología del Principado. Todos los objetivos del presupuesto quedan subordinados a la exhibición del gasto social, sinónimo de progreso en la región.