Álvarez-Cascos realizó una comparecencia ante los medios en la que habló de fondos mineros, impuesto a la banca, ajustes presupuestarios y recursos ante el Tribunal Constitucional, dentro de un amplio temario. El líder de la oposición criticó al Gobierno regional por buscar ingresos a través de subidas de impuestos o implantación de nuevos tributos, en vez de reclamar al Estado la deuda que tiene con Asturias en forma de fondos mineros. Según el líder de Foro, el Principado debe recibir 130 millones de euros. También hizo alusión a la reclamación de otros 240 millones realizada por su Gobierno y sobre la que el actual Ejecutivo socialista no ha dado explicaciones. Para Cascos es mejor captar esos fondos que tener que acudir a implantar una tasa sobre los depósitos de la banca, que en el mejor de los casos sólo aporta 30 millones. Sobre los tributos, el ex presidente del Principado considera que subir los tipos impositivos no implica una mayor recaudación, sino que la clave de la eficacia tributaria descansa en lograr ensanchar las bases imponibles, a través de gravámenes más bajos que afectan a un mayor número de contribuyentes. Muchas cosas para comentar.
Hay que separar fondos mineros, o de cualquier otro tipo, del modelo fiscal. Bien es cierto que si se logra un gran flujo de recursos de otras administraciones, no es necesario echar mano de nuevos impuestos para financiar las inversiones y los gastos del presupuesto. Tengo la impresión de que Mariano Rajoy, en todo lo referente a las cuencas mineras, está en la fase de liquidación de existencias. Todavía no hizo un gesto el ministro de Industrial Soria que de pie a pensar en interpretaciones más benévolas. A la actitud del Gobierno central se une el estilo moderado del Principado, que puede ser adecuado para aspectos de la política regional, pero para relacionarse con Madrid no vale, porque ni nos oyen ni nos escuchan.
El impuesto a la banca es un tributo engañoso; aunque apunte con el dedo a los magnates lo acaban pagando jubilados, amas de casa y mileuristas. La alternativa reside en recortar gastos, empezando por el sector público. Cascos dice que la bajada de tipos aporta más recursos. Este razonamiento sintetiza la filosofía fiscal del centro-derecha, aunque Rajoy lo impugne de arriba abajo. La práctica enseña que sólo en determinadas coyunturas se cumple.