El ex alcalde de Cudillero, Francisco González, “Quico”, va a comparecer como imputado ante el juez por una querella presentada contra él por el sargento de la Policía Municipal de Cudillero. El número dos de la Federación Socialista Asturiana (FSA), Jesús Gutiérrez, dijo que si resultaba imputado tendría que devolver el acta de diputado, pero ya se ha dado el supuesto y nadie le pide que abandone el Parlamento. La dirección socialista ha rebajado el listón de la exigencia y ahora dicen que tomarán medidas si tras el paso por los juzgados se le aprecian indicios de delito.
Cudillero está al lado del área central asturiana y lo que ocurre en el pueblo es inexplicable. Francisco González obtuvo seis mayorías absolutas consecutivas, un caso único en el mapa municipal asturiano; tras abandonar el Ayuntamiento sólo hubo un miembro de la lista electoral que aceptó ser alcalde, para dejarlo al año y medio de estar en el cargo. Francisco González explicó la cascada de renuncias por la existencia de un miedo insuperable a extrañas campañas de descrédito social en Internet. Un argumento válido para Palermo, pero que no es creíble en Asturias. El posterior vacío de poder se trató de cubrir de la forma más chapucera, acogiéndose a una norma pensada para territorios con problemas de terrorismo, que permite a cualquier persona que no haya concurrido en una lista electoral sentarse en el sillón de alcalde ¿Qué sentido tenía promocionar al regidor de Cudillero a la política regional? ¿Qué fin buscaba la dirección socialista alejándolo de Cudillero?
Si el juez termina acusando de algún delito a Francisco González se crea un problema político, porque si los jefes del partido le piden que devuelva el escaño, es posible que se encuentren sin escaño y sin mayoría absoluta. Para lo que piensen que especulaciones de este tipo son propias de un capítulo de política ficción que recuerden lo que ocurrió en la legislatura del Gobierno de Sergio Marqués, cuando Antón Saavedra abandonó IU para ubicarse en el Grupo Mixto, tras un enfrentamiento con Llamazares. Aquel episodio fue clave para que Marqués pudiera aprobar unos nuevos presupuestos, gracias al voto de los dos miembros del Grupo Mixto, Xuan Xosé Sánchez Vicente y Antón Saavedra. Semejante operación con Francisco González dejaría al Gobierno de Javier Fernández en minoría parlamentaria.