El constructivo intercambio de opiniones sobre la variante de Pajares, entre Rajoy y Sostres (Foro), dentro del debate sobre el Estado de la Nación, dio paso a una enmienda muy restrictiva del Gobierno en la que se compromete a licitar los suministros pendientes y el montaje de vías, una vez reconocido que el 98% de las obras en la plataforma está realizado. El Gobierno no aclara qué tipo de ancho viario se utilizará en la variante, pese a que la ministra de Fomento, Ana Pastor, se había comprometido en el Congreso de los Diputados a colocar vías de ancho internacional. El diputado de Foro considera que la declaración del Gobierno supone un paso atrás y que no cumple con el principio adoptado por el Ministerio de Fomento de dar prioridad en las inversiones a las infraestructuras que están en fase de ejecución.
La construcción de la variante de Pajares avanza a paso de hormiga, debido a la crisis económica y a las prioridades del Gobierno. No se puede decir que Rajoy haya puesto el freno a la variante, porque desde el año 2009 todas las actuaciones entraron en una fase tal de ralentización que simula la quietud. Dejando a un lado la variante de Pajares, el resto de la línea de alta velocidad entre León y Gijón se encuentra en el estadio inicial. La propia enmienda del Gobierno habla de definir las actuaciones más adecuadas para la vía en los tramos, León-La Robla, y Lena-Gijón, Lena-Avilés. No quisiera caer en la hipertrofia, pero la alta velocidad desde Lena hacia el interior de Asturias es un proyecto tan lejano como el famoso Ave del Cantábrico que prometió el Gobierno de Aznar para compensar el desastre del Prestige. Nada de nada.
Lo más sensato es concentrar la atención en la variante de Pajares y demandar celeridad para el tramo León-La Robla, sin sucumbir a la ilusión infantil de pensar que nos van a hacer un AVE con dos ramales, uno hasta Gijón y otro hasta Avilés. Tal como están las cosas, debemos considerar como un triunfo la llegada de la alta velocidad de Madrid hasta Lena, dando por bueno el cuarto de hora de más que llevará hacer el viaje hasta Gijón en un convoy convencional. El Gobierno no pone un plazo, lo que se puede ver como el intento de evitar otro fiasco con el calendario de actuaciones, aunque también demuestra ausencia de compromiso. Nunca en Asturias hubo una indeferencia tan grande ante una infraestructura clave.