El Gobierno regional ha dado a conocer los sueldos de sus miembros, en plena campaña por la transparencia con la que se quiere contrarrestar la psicosis de corrupción. Como más de una vez salieron publicados los emolumentos del presidente y los consejeros, las cifras no han causado sorpresa alguna. Javier Fernández gana 63.000 euros brutos anuales, los mismos que sus antecesores en el cargo (Álvarez-Cascos y Álvarez Areces). Con 114.000 parados en la región y medio mercado laboral por debajo de los mil euros al mes, la cifra puede parecer excesiva, pero no lo es. Cualquier comparación debe hacerse entre supuestos semejantes. En cualquier empresa grande, los puestos de responsabilidad son remunerados con más de 100.000 euros anuales. Un ejemplo que me viene a la cabeza: durante muchos años, los gerentes de las empresas municipales de Gijón ganaban mucho más que el presidente del Principado. Por esta razón nunca entran personas de reconocido prestigio profesional a formar parte de los gobiernos asturianos. El poder tiene una erótica muy placentera, pero nadie la quiere disfrutar a costa de ganar la mitad.
La Administración está muy anquilosada y no responde a las necesidades del presente. Los salarios del Principado son un ejemplo. Cinco consejeros ganan más que el presidente, contradiciendo un principio elemental de la jerarquía que se puede resumir en ocho palabras: “el jefe siempre gana más que los subordinados”. Lo más curioso del caso es que la ventaja de los consejeros reside en que son funcionarios y eso hace que sus nóminas sean más elevadas. Otra anomalía consiste en que algunos consejeros ingresan dinero por “manutención completa” y por “locomoción”; reciben un plus por comida y por desplazamiento, cuando ninguno de los 35.000 funcionarios del Principado cobra un euro por comer fuera de casa ni por desplazarse a trabajar. Si se quiere tener una Administración moderna hay que acabar con el sinsentido de que un consejero-funcionario cobre más que el presidente y con la prebenda de recibir pluses anacrónicos.
Los salarios de consejeros y diputados autonómicos sufrieron un recorte en los últimos años similar al aplicado a las nóminas de los empleados. Por esa vía no disfrutan de ningún privilegio. El debate sobre sueldos se agota solo. Publicados los salarios toca concentrarse en cosas más importantes.