El anuncio del plan de empleo juvenil del Principado fue recibido con gran expectación por parados y ocupados. Las escuetas informaciones iniciales daban para poco más que un titular, así que resultaba imposible extenderse sobre las bondades y carencias de la iniciativa. Aún así, produjo el mismo efecto que la silueta del oasis en los ojos de los deshidratados ciudadanos: tras once meses de gobernar una región con 100.000 parados, por fin de las arcas públicas salía una partida de dinero para empleo. ¿Espejismo o realidad?
Crear puestos de trabajo en las actuales circunstancias es una medida más de política social que económica. La clave está en que la gente tenga liquidez para satisfacer las necesidades más perentorias. Aunque contratar mano de obra es una actividad por excelencia del empresariado, con un 24% de paro tiene que haber suficientes aportaciones de dinero público para atajar la emergencia de la pobreza.
El plan del Principado habla de empleo para jóvenes en la franja de edad con el ratio más bajo de población empleada: menores de 26 años. ¿Habrá otro plan de empleo para los jóvenes que tienen más de 26 años? ¿Conoceremos posteriores planes para parados de mediana edad? Imposible saberlo. Desde el Principado se cita el pacto de concertación social, como basamento sobre el que descansan las iniciativas de empleo.
Aludir al acuerdo de concertación para aclarar algo sobre planes del Gobierno es inútil. Estamos hablando de un texto farragoso, burocrático y difuso, que oculta la virtualidad del pacto: el aval moral al Gobierno. La firma conjunta al pie de un acuerdo que repite las cifras previstas en el presupuesto de 2013, y sus deslizamientos en los próximos años.
DOS PARTES
El plan tiene dos partes, la contratación de 2.000 jóvenes y la oferta de formación para otros 8.000. Si la prioridad es el empleo, la parte sustancial del plan está en las contrataciones. ¿Es satisfactoria la cifra de 2.000 empleos para la legislatura? Si no hay más planes (personas entre 26 y 35 años, parados de larga duración, familias con todos los miembros en paro, etcétera), la respuesta es rotundamente negativa. El Gobierno tiene la palabra.
La dotación económica es de 48 millones de euros. ¿Mucho o poco? Lo que más llama la atención es la relación entre la cobertura presupuestaria y el número de empleos. Con 48 millones de euros se puede contratar a más de 4.000 jóvenes. El ejemplo está en el plan de Salario Joven del Gobierno de Foro, que con once millones de euros dio trabajo a 1.000 personas, 220 de ellas en Gijón. Esa referencia da para pensar que una parte importante de la masa de recursos va destinada, en esta ocasión, a la formación.
La formación es necesaria dado el déficit de empleabilidad de la mano de obra española. Sin embargo, en Asturias somos especialistas en formar gente que sigue en el paro. Muchas instituciones y organizaciones se alimentan de dar formación a potenciales demandantes de empleo. La formación se ha convertido más en un fin que un medio. Sería absurdo demonizar la formación, pero los planes de empleo deben centrarse en las contrataciones y la formación puede quedar en un capítulo anexo.
Es difícil hacer una valoración sobre el plan de empleo del Principado, porque no se sabe si es una primera iniciativa que tendrá continuación en otras semejantes, o si se trata de los únicos 48 millones de euros que dedicará el Gobierno regional a empleo a lo largo de tres ejercicios en los que moverá alrededor de 11.500 millones de euros para todo tipo de actividades. El Parlamento debería abrir un hueco a este debate, salvo que quiere seguir entregado a sus actividades favoritas: la retórica y la pérdida de tiempo.
GIJÓN
Otra cuestión interesante es la implicación del Principado en los planes de empleo municipales. El ejemplo de Gijón es muy instructivo. El Gobierno de Carmen Moriyón firmó un plan de empleo con UGT y CCOO. Hasta ahora todo el dinero lo puso el Ayuntamiento, habiendo sido contratadas ya 180 personas. Se ignora si el Principado va a colaborar en el plan, como hicieron hasta la fecha todos los gobiernos asturianos en la etapa autonómica con los planes de empleo de Gijón. A falta de datos concretos, un dirigente sindical me dijo el otro día la cantidad que se barajaba como aportación del Principado. Una cifra ridícula que espero no se vea confirmada por la realidad.
En la última legislatura socialista, con Álvarez Areces de presidente, el Principado colaboró con 32 millones de euros en las políticas de empleo del Ayuntamiento de Gijón. Dos tercios de todo lo que pone ahora el Principado para toda Asturias. En aquel plan de empleo de Gijón se contrataban 450 personas al año, corriendo por cuenta del Principado la cobertura de 350 trabajadores.
En la actualidad, el Ayuntamiento de Foro también abrió un programa de contratación para miembros de las familias que tienen a todos sus componentes en paro. Ya hay 100 personas contratadas, poniendo el Ayuntamiento 1,8 millones de euros. Pese a ser invitado a colaborar, el Principado ha rehusado la oferta. Por último, en las empresas municipales hay un programa de becas para universitarios, con 50 integrantes que cobran 550 euros al mes. Lo financia íntegramente el Ayuntamiento de Gijón.
Tras el naipe del empleo joven se acumulan los interrogantes sobre los planes del Principado.