Cambio en la Federación Asturiana de Concejos (FACC), el alcalde de Navia sustituye al de Pravia en la presidencia. Ignacio García Palacios es un regidor con discurso político propio y una gestión brillante en Navia, quizás el municipio más próspero de todo el Occidente asturiano. Es muy importante que el presidente de la FACC tenga peso político, porque está al frente de un ente que toma decisiones consensuadas, así que no vale el ordeno y mando, sino la capacidad de persuasión. Ya ha se ha apuntado el primer tanto al lograr que IU vuelva a la ejecutiva de la FACC. García Palacios se ha estrenado en el cargo con un llamamiento al Gobierno central para que aborde la reforma local desde el consenso con las corporaciones municipales, respetando la autonomía de los ayuntamientos y dotando con suficientes recursos las competencias de los consistorios.
La cuestión de la reforma de los ayuntamientos quedó en un segundo plano tras la presentación de la reforma global de las administraciones, en la que se involucraron personalmente Rajoy y Sáenz de Santamaría. Es un tanto extraño el método seguido por el Gobierno para lanzar estas iniciativas. Durante varios meses dejó entrever que el anteproyecto de la Reforma Local estaba listo para ser analizado y aprobado por el Consejo de Ministros. Filtró las líneas maestras del mismo y esperó a ver la respuesta de alcaldes, gobiernos regionales, partidos políticos y medios de comunicación. Tras comprobar que había grandes resistencias al mismo dejó aparcado el proyecto, y sacó, por sorpresa, un voluminoso estudio sobre la reforma general de las administraciones españolas que posibilitaría un supuesto ahorro de 38.000 millones de euros. Ahora está entregado a ganar la batalla de la opinión pública, con distintos mensajes, unas veces de marcado optimismo y otras de innegable tono amenazador para vencer las resistencias de las comunidades autónomas.
La reforma de los ayuntamientos está en la fase de hacer el Gobierno concesiones a la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), para evitar el rechazo. PSOE e IU pretenden la convocatoria de una asamblea general de todos los alcaldes de España, y el PP la niega. Para que acabe bien esta historia hace falta que Rajoy dé dos pasos: olvidarse de costes estándar y garantizar que los ayuntamientos pequeños no serán fagocitados.