En la comisión para estudiar la reforma electoral, el PSOE ha discrepado de IU y UPyD. Los aliados del Gobierno pretenden que en los comicios autonómicos toda Asturias forme una sola circunscripción, mientras que los socialistas se aferran al actual mapa con las tres: central, occidental y oriental. El asunto afecta al núcleo esencial de los intereses partidarios, porque de seguir uno u otro modelo los grupos políticos tendrán más o menos diputados. En las últimas elecciones, el PSOE obtuvo 17 diputados, IU sacó 5 y UPyD, 1. Con los mismos votos, si todas las papeletas se hubieran agrupado para asignar los escaños, los socialistas habrían perdido diputados, mientras que IU y UPyD los habrían ganado. Dividir el mapa electoral beneficia a los partidos mayoritarios y perjudica a los pequeños. De ahí que no haya acuerdo sobre el sistema electoral.

Si nos olvidamos de los cálculos partidarios y pensamos en los intereses generales, lo más lógico es que Asturias tenga una sola circunscripción electoral. Un territorio pequeño con un millón de habitantes no merece ser troceado. En España, la unidad territorial en las elecciones generales y en las autonómicas es la provincia, así que lo lógico es que todos los asturianos voten a las mismas listas, con independencia de que vivan en Cangas de Onís, Avilés o Tapia de Casariego. En los años ochenta del pasado siglo, los socialistas fabricaron el discurso de las alas (oriente y occidente) para justificar la creación de territorios electorales distintos, como si tuvieran carácter de hechos diferenciales, aunque luego en la vida parlamentaria no tuvo reflejo la procedencia geográfica de los diputados. Crear tres circunscripciones sólo sirve para fomentar el localismo cuando tenemos un déficit de vertebración regional.

La creación de una comisión para reformar el sistema electoral fue una condición de UPyD para apoyar la investidura de Javier Fernández. IU también quiere el cambio del sistema, pero en el diálogo con los socialistas siempre se inclinó por exigir mejoras sociales o por negociar repartos de carteras, quedando en un segundo lugar el modelo electoral. Si el PSOE no hace concesiones se queda sin aliados. Pero si acepta unificar las circunscripciones perderá los próximos comicios. Punto de encuentro: tres circunscripciones, dando mayor proporcionalidad al voto.