IU vuelve a los órganos de dirección de la Federación Asturiana de Concejos (FACC). El regreso de la “otra” izquierda fue debido a la gestión del nuevo presidente de la FACC, García Palacios, cediendo los socialistas dos puestos en el comité ejecutivo para que tengan acomodo los alcaldes de Castrillón y Lena. En la entente entre PSOE e IU ha descansado la gobernación de la región durante muchos años. Unas veces coaligados como socios del Ejecutivo y en otras con acuerdos presupuestarios. La convergencia entre las dos fuerzas políticas tiene una trayectoria aún mucho más dilatada a escala local. El histórico acuerdo entre socialistas y comunistas, el 3 de abril de 1979, cuando se constituyeron los primeros ayuntamientos democráticos, con el que la izquierda accedió al poder institucional, tuvo seguimiento en los siguientes mandatos.
La derecha sólo logró hacerse con el poder cuando no hubo acuerdo entre PSOE e IU (gobierno Marqués), o en los pocos ayuntamientos en que alcanzó la mayoría absoluta (Gabino de Lorenzo). Treinta y cuatro años caminando en una misma dirección crean usos y costumbres. En la cultura política de la región la alianza de la izquierda se ve como un hecho natural y positivo, mientras que cualquier acuerdo coyuntural en el centro-derecha se interpreta como una provocación. Cuando se produce una excepción y el cuerpo electoral bascula ampliamente hacia el centro-derecha (caso de las elecciones autonómicas de 2011) el propio bloque mayoritario se resquebraja porque hay algún grupo que prefiere ver en el poder a los antagonistas ideológicos.
De todo lo anterior se puede concluir que la ausencia de IU en el órgano de gobierno de la FACC era una anomalía. No tiene mucho sentido que los dos grupos de izquierda sustenten el gobierno de la región y que no compartan responsabilidades en la dirección de los concejos. Ante el proyecto de reforma local de Rajoy, PSOE e IU mantienen en toda España una misma estrategia que se concreta en la petición de una macroasamblea de alcaldes (8.115 regidores). Se avecina una dura batalla en la que está en juego no sólo la financiación de los ayuntamientos sino la propia existencia de muchos de ellos. Sería muy extraño que los alcaldes y la dirección de IU quisieran ceder protagonismo a los representantes públicos de otros partidos. En la FACC tienen mucho que decir.