Al presidente del Principado no le convence la propuesta de déficit asimétrico de Cristóbal Montoro. Javier Fernández considera que el ministro de Hacienda no tiene en cuenta el esfuerzo realizado por varios gobiernos regionales para reducir el desequilibrio entre gastos e ingresos, prueba de ello es que los más cumplidores tendrán un límite de déficit más bajo que los derrochadores.
Es evidente que el Gobierno no busca ser justo con las comunidades autónomas sino repartir el sacrificio fiscal de la forma que le origine menos conflictos. La Generalitat anticipó que no cumpliría el objetivo de déficit señalado por el Ejecutivo de Rajoy, abriendo un frente al que dieron señales de sumarse las regiones más pobladas, o dicho de forma más directa: las que tienen más poder político y más diputados en Madrid. Ante esta situación, Montoro lanzó los primeros globos sonda para introducir el cambio de modelo, operación que concluirá el próximo día 31 cuando diga en el Consejo de Política Fiscal y Financiera el techo de déficit que tendrá cada territorio. Asturias va a tener menos margen para gastar, por haber sido una región ahorradora el pasado año, mientras que Cataluña podrá presentar un déficit más alto a final del ejercicio porque en 2012 siguió con su programa de apertura de embajadas y con los sueldos de los políticos muy por encima de la mayoría de las regiones. ¿Qué hacer ante esta situación?
La única salida para que Asturias evite un trato discriminatorio es formar un frente con otras regiones que se encuentren en la misma tesitura. No es una labor que se haga de la noche a la mañana, ya que las comunidades autónomas gobernadas por el PP –la inmensa mayoría- están muy condicionadas por la postura del Ministerio de Hacienda. En cualquier caso, si se quiere frenar o rechazar el plan del Gobierno es preciso hablar alto y claro, planteando una alternativa. Nada de eso ocurre. El Gobierno va a cambiar la manera de asignar las cuotas de déficit entre las regiones y prepara una reforma en profundidad del modelo de financiación autonómica. Pese a ello sólo se oyen las demandas de Cataluña y las quejas de Extremadura y Andalucía. Los dirigentes del resto de regiones renuncian a confrontar con el discurso oficial. Con tímidas declaraciones y aislada de otras regiones, Madrid nos pondrá a dieta. Cada vez pintamos menos.