Javier Fernández manifestó que el principal objetivo del nuevo curso político es el mantenimiento de la estabilidad política y presupuestaria. Según el presidente del Principado es preciso contar con unas cuentas adaptadas a las necesidades del momento para volcar los recursos en la lucha contra el desempleo y el desarrollo de los servicios públicos.
La estabilidad política y la aprobación de las cuentas de 2014 van unidas. Ambas metas se logran manteniendo la mayoría parlamentaria que pasa por el acuerdo del Gobierno regional con IU y UPyD. La acción de gobierno de Javier Fernández se basa en perpetuar el consenso de la investidura. Desde la oposición se ha resaltado las decenas de veces que el Gobierno asturiano quedó en soledad en la Cámara, pero lo cierto es que sus aliados parlamentarios han dado una cobertura más que suficiente al Ejecutivo socialista, desde el ajuste fiscal hasta los presupuestos de 2013, pasando por las políticas de empleo, los incrementos fiscales, etcétera. Casi parece un milagro que dos grupos tan antitéticos como IU y UPyD hayan coincidido en apoyar la política de Javier Fernández. En vista de ello, algún mérito hay que reconocerle al presidente. Para seguir gobernando con poco más de un tercio de los escaños de la Junta, el Gobierno regional tiene que solucionar el embrollo de la reforma electoral que el grupo socialista no supo encauzar en la comisión parlamentaria habilitada al efecto. Si supera ese condicionante político, deberá elaborar unas cuentas que satisfagan las demandas de sus socios. En la política asturiana es mucho más importante la apariencia que la realidad, así que consiste en colgar un slogan (“presupuestos progresistas, que relanzan la actividad económica, el empleo y refuerzan los servicios sociales”) de las cifras y a correr.
El presidente habló de exprimir hasta el último euro en las políticas contra el paro. Es un buen objetivo para 2014 que se incumplió rotundamente en el 2013. En la planificación de las actuaciones contra el paro, si descontamos el dinero dedicado a formación, quedan como mucho 16 millones anuales para crear puestos de trabajo. Una cantidad mínima que se alcanza sin necesidad de exprimir ningún presupuesto, por no hablar del recorte en inversiones. Hasta la fecha, IU y UPyD se han mostrado satisfechos con la política socialista contra el paro.