Catedráticos de Derecho Público y Privado de la Universidad de Oviedo consideran que la maniobra socialista de hacer dimitir a tres concejales de Cudillero para dejar al Ayuntamiento con menos del 50% de los ediles que componen la Corporación y así poder forzar la constitución de una gestora es un fraude de ley. La norma contempla la posibilidad de formar gestoras siempre que por diferentes causas los ayuntamientos pierdan más de la mitad de sus concejales, pero no prevé su creación si la renuncia de concejales tiene el fin explícito de disolver la Corporación. En este caso no hay duda, la FSA anunció que tres de sus ediles dejarían el acta de concejal para que se diera el marco legal que faculta la constitución de la gestora y, al día siguiente, tres ediles siguieron las órdenes de los mandamases de la región.
Entre los tres dimisionarios está Luis Fernández Garay, que en unos pocos meses realizó actos tan extraordinarios como contradictorios: renunciar a la Alcaldía, presentarse y ser investido alcalde por dos veces y dimitir como concejal y abandonar la Corporación. Cuatro actuaciones de signo distinto, pero con una motivación común: acatar órdenes de la superioridad. Cualquier mandato de Javier Fernández o Francisco González lo hubiera obedecido sin rechistar. Es el prototipo del concejal socialista de Cudillero, siempre dispuesto a hacer lo que digan “los de arriba”. Un militante tan abnegado tiene muchos méritos para integrarse en la gestora, con lo que dará una vuelta más a la tuerca de las contradicciones: en octubre dejo el Ayuntamiento como concejal y en el mismo mes vuelvo al Ayuntamiento a lomos de la gestora. Aquí se ata la burra donde mande el amo. ¿Y quien tiene visos de presidir la gestora? Ni más ni menos que Ignacio Fernández, el cudillerense que fueron a buscar a la calle (es un decir: estaba al frente del catastro del municipio; un detalle muy interesante) para convertirlo en alcalde, realizando la engorrosa maniobra de obligar a renunciar a todos los concejales. Se sustituyen los órganos regulares del Ayuntamiento por una gestora y todo sigue igual.
Si Foro y PP llevan a los tribunales la constitución de la gestora, pude venirse abajo la última treta socialista para impedir que un miembro de otro partido ocupe el despacho del alcalde de Cudillero. A partir de ese momento, todos a temblar.