Justo Rodríguez Braga desea que Asturias cuente pronto con los presupuestos para el próximo año porque necesita “una salida a la crisis por la izquierda”. El máximo dirigente de UGT de Asturias hace esta manifestación a los cuatro días de finalizar el debate sobre el estado de la región que tuvo como rasgo más visible el alejamiento entre el Gobierno socialista y sus aliados.
Lo primero que llama la atención es la “salida por la izquierda”, un asunto apenas esbozado en el citado debate. Sobre el papel hay políticas de izquierdas y de derechas, pero si vamos a la realidad de los hechos nos encontramos con un inmenso territorio de propuestas comunes, practicadas por casi todos los gobiernos, con independencia de sus etiquetas ideológicas. Rajoy elevó todos los impuestos de una forma significativa, y anunció hace unas semanas que las subidas declaradas de carácter temporal se van a prolongar durante el año 2014. Javier Fernández también optó por endurecer la fiscalidad, siendo las clases medias las paganas de los desequilibrios presupuestarios. La guerra santa contra el déficit público cuenta con Rajoy y Javier Fernández como destacados “cruzados”, reduciendo gastos, reduciendo al mínimo la inversión productiva y esperando que Merkel cambie de política. No hay contradicciones entre ambas administraciones. En la tribuna de la Junta General del Principado, el presidente asturiano dijo que su gobierno trabajaba por “galvanizar” el Estado del Bienestar, recordando que era una de sus banderas electorales, pero si se mira para los hechos nos encontramos con prestaciones degradadas (interminables listas de espera en la sanidad, colapso de año y medio de espera en el salario social) y carencia de estímulos económicos. Si se me permite la ironía, viendo las políticas económicas no cabe ninguna duda de que Asturias es España. En resumen, habrá políticas de izquierda para salir de la crisis, pero que nadie mire para Asturias como hipotético laboratorio de semejante experimento.
El secretario general de la UGT urge a aprobar las cuentas. La negociación este año no será fácil ni rápida. IU exige discutir sobre los compromisos incumplidos y las partidas del presupuesto que están sin ejecutar. Será difícil que en dos meses el Gobierno socialista cubra esas carencias. Da la impresión que el Ejecutivo no se tomó en serio lo pactado.