El Gobierno de España ha desestimado el recurso interpuesto por el Principado contra el reparto de las cuotas de déficit público entre administraciones (Estado, comunidades autónomas y ayuntamientos). El Gobierno regional consideraba que la distribución de cuotas favorecía descaradamente al Ejecutivo de Rajoy y pedía reequilibrar los porcentajes. El Consejo de Ministros no tuvo en cuenta la demanda recordando que la potestad sobre esa materia le corresponde al Gobierno central. Sin perder tiempo, el Principado interpuso dos recursos ante el Tribunal Constitucional (TC), al discrepar del doble reparto: entre las distintas administraciones territoriales, por considerar que las comunidades autónomas salen muy perjudicadas, y en el segundo, rechazando el asimétrico trato dado a las regiones: para Asturias un techo de déficit del 1,06% y para Cataluña del 1,8%.
Nunca se sabe lo que puede ocurrir en los tribunales, pero creo que las dos peticiones asturianas no prosperarán. Lo que demanda Javier Fernández es muy racional, pero entra dentro de la esfera de decisión del Gobierno y el TC va a respetar su margen de autonomía. Todos los gobiernos nacionales reparten la cuota de déficit entre sus administraciones sin seguir otra regla que su exclusiva valoración política. Podía ser una distribución más equitativa entre territorios, pero no hay ninguna norma que obligue a ello, así que la decisión de Cristóbal Montoro es sólida. Si triunfara el recurso del Principado, Javier Fernández se apuntaría un formidable éxito político, por dos razones: tendría Asturias más recursos y el ministro de Hacienda se vería obligado a dimitir, al derrumbarse la previsión financiera de los próximos años que cuenta con el aval de la Comisión Europea. No creo que nos veamos en ese escenario.
Hace bien Javier Fernández en exteriorizar sus quejas, pero sin olvidarse que la cuota de déficit asignada para Asturias es suficiente. El pasado año ya tuvimos un déficit del 1,06%, así que no tenemos que hacer un esfuerzo suplementario. Además, para qué quiere el Principado una ampliación del déficit si no lo va a gastar. Dejar parte del presupuesto sin ejecutar es una de las razones del llamativo equilibrio que presentan las cuentas asturianas. Disponer de más recursos económicos para dejarlos inmovilizados carece de sentido.