Aunque faltan más de dos meses para terminar el año ya se puede adelantar que la aprobación de los principales presupuestos en las administraciones asturianas va a resultar mucho más complicada que el pasado año. En el Principado la situación ha dado un cambio con la rectificación de los socialistas sobre la reforma electoral. El PSOE está dispuesto a bloquear la propuesta aprobada en la comisión que estudió la reforma, e IU y UPyD amenazan con dejarlo en minoría. En el debate sobre el estado de la región, el presidente quedó huérfano de aliados y perdió cerca de treinta votaciones.
Para contrarrestar esta situación, la familia socialista ha empezado a lanzar mensajes a la opinión pública, haciendo ver que es esencial contar con unos nuevos presupuestos para 2014. Hasta ahora quien lo dijo más explícitamente fue Justo Rodríguez Braga, que animó a una aprobación rápida de las cuentas. Extraña que el máximo líder de la UGT no esté tan preocupado por el flagrante incumplimiento de las inversiones contenidas en el pacto social firmado por él, donde constan para este año 384 millones de inversión y entre actuaciones licitadas y ejecutadas, la factura no pasa de los 50 millones de euros. Así es fácil presentar superávit en las cuentas.
Ante el nuevo escenario, el Gobierno socialista ha dado un cambio radical de estrategia, al pasar de la actitud pudorosa que les impedía hacer promesas, a vender mercancía de imposible fabricación, como ese nuevo hospital de Cabueñes que costaría supuestamente más de cien millones de euros. Tras todos los fiascos conocidos a cuenta del nuevo Huca (recuérdese que era un hospital que se iba a estrenar en el 2009, de la mano de la autovía del Cantábrico y la variante de Pajares) llega ahora el turno de hacer demagogia con el señuelo de un nuevo hospital para Gijón, presentado por el consejero del ramo en la Casa del Pueblo, acompañado de aspirantes a las primarias gijonesas de 2014. Hasta los más legos en la materia saben que si se tratara de una iniciativa creíble se encargaría Javier Fernández de anunciarla en Presidencia, a bombo y platillo.
VENDER HUMO
La distancia tomada por los aliados (IU y UPyD) hace que el Gobierno regional recurra a vender humo, como el reciente Plan de Ciencia, que bajo el titular de movilizar 1.280 millones de euros no va a financiar ni la tercera parte. O la Agenda contra la Exclusión, un nombre atractivo, pero que no sirve para encubrir la cruda realidad: el Principado paga el salario social con más de dieciséis meses de retraso. En el debate sobre el estado de la región se nombraron otros proyectos que no contienen nada bajo la carcasa, como ese pacto o alianza por la demografía, que recuerda por su vaciedad a la alianza de civilizaciones de Zapatero.
Proyectos con forma de anzuelo para que el personal interprete que la ausencia de presupuestos para 2014 equivale a malbaratar las interesantes iniciativas. El cambio de estrategia socialista supone pasar de un debate de investidura donde el candidato Javier Fernández sólo anunció la construcción de los enlaces a la Zalia (ahora ya sabemos que la única promesa será incumplida: terminará la legislatura sin enlaces) a un presente rico en anuncios sin contenido. No es el inicio de la campaña electoral es que el Principado se siente aislado.
GIJÓN
En el Ayuntamiento de Gijón la situación es aún más esperpéntica con una oposición de izquierdas agitando una moción de censura porque la alcaldesa, en uso de sus competencias, destituyó a la secretaria general letrada por pérdida de confianza. Debe ser la primera vez que en España dos grupos municipales esbozan una moción de censura para impedir que se mueva a un funcionario de su puesto.
De una propuesta tan desmedida se pueden sacar tres conclusiones: la izquierda gijonesa tiene como principal referencia para lo que resta de mandato a la funcionaria, Dora Alonso (la Juana de Arco de la izquierda gijonesa), de la que alabó su informe sobre la pertenencia del pleno municipal sobre la reforma de fachadas, y ahora trata de reponer en su puesto quitando a la alcaldesa del suyo; pese a los veintiocho meses que llevamos de mandato, el líder de la oposición, Santiago Martínez, todavía no asume su fallido intento por revestirse de alcalde, tratando de enganchar al PP al carro de la censura e invitando a Carmen Moriyón a presentar una cuestión de confianza. ¡Cómo puede hablar de confianza quien contando con más concejales no encontró apoyos para ganar la Alcaldía!; y como tercera conclusión, cabe apuntar que la cancha municipal estará definitivamente embarrada hasta las próximas elecciones, con una izquierda centrada en mociones de censura y cuestiones de confianza, como atajo para llegar al poder, y el PP dispuesto a impedir que Foro obtenga recursos para realizar las inversiones realizadas y atender el creciente gasto social.
Digo esto último porque la propuesta de bajar el IBI al 0,42%, realizada por el PP en un momento en que Rajoy mantiene la presión fiscal, sólo tiene como objetivo impedir la financiación de los gastos comprometidos. Podemos anticipar el resultado de los plenos municipales, pero ganará la batalla quien sepa transmitir mejor sus argumentos.