Con la segunda tanda de medidas para la reorganización del sector público concluye la “operación adelgazamiento” del Principado. No habrá más supresiones, fusiones ni recortes de sociedades. Antes de ponerse manos a la obra, la Administración autonómica contaba con 80 entes públicos y tras la reorganización se quedará en 70. El ahorro de dinero es mínimo.

Los socialistas nunca creyeron en la necesidad de menguar las administraciones. No tuvieron empacho en reconocerlo, dejando testimonio de ello en múltiples declaraciones. Si aceptaron reorganizar el bosque de sociedades públicas es porque el Gobierno de España impuso esa tarea a las comunidades autónomas, al señalar como principal objetivo de la legislatura la reducción del déficit público. En el año 2012, Asturias fue la comunidad autónoma que suprimió menos entes: sólo dos. Cuando finalice la reorganización se habrá eliminado el 12,5% de los tinglados, el resto seguirá abierto. Si se trataba de recortar el déficit el resultado es anecdótico y si había otro fin, no nos lo comunicaron.

El Principado considera que para la sociedad es muy positiva una administración vigorosa y a ello han dedicado los socialistas lo mejor de sus esfuerzos en los años de bonanza. En plena etapa de vacas flacas hacen lo imposible por mantener constante el stock de sociedades públicas. A los ciudadanos les resultan gravosas, pero los socialistas piensan que son más las ventajas que aportan que el coste de mantenerlas. En cinco años de crisis económica miles de empresas cerraron y fueron despedidos multitud de trabajadores, lo que no es óbice para que el tejido de sociedades públicas resista incólume, sostenido por los presupuestos del Principado. No hay dinero para financiar inversiones productivas o para atender prestaciones sociales de máxima urgencia, porque parte del mismo se dedica al gasto corriente del sector público. El Principado ha diseñado un plan para adelgazar con el que no se pierde peso. Fusiones, recortes, oferta de ventas de acciones, cambios de nombre y, al final, el mismo nivel de colesterol. Un éxito. Vamos por el buen camino con la Zalia, la RTPA, los hoteles públicos –cómo en la época de Fraga, ministro de Información y Turismo-, dispuestos a teñir la contabilidad pública de rojo. Ellos hacen como que recortan y nosotros hacemos que nos lo creemos.