Guillermo Martínez dice que IU y UPyD no aprobaron los presupuestos por intereses electorales. Con la mirada puesta en los créditos extraordinarios, que llevará el Gobierno a la Junta General del Principado, el portavoz socialista espera que no vuelvan a primar los cálculos electorales y la oposición dé luz verde en la Cámara.
Para el Gobierno de Javier Fernández, los demás grupos parlamentarios se mueven por estrechos intereses electorales, mientras que el Ejecutivo es un dechado de generosidad y sólo actúa por el bien de los asturianos. Para defender esa tesis aporta un argumento contundente: porque lo digo yo. Es la clásica manifestación sectaria que considera demostrada cualquier afirmación por el hecho de pronunciarla. Cualquier observador que haya seguido el proceso de negociación de presupuestos recordará que UPyD e IU pidieron información detallada al Gobierno sobre las cuentas, sin que los socialitas se dignasen a mostrarla; y que IU planteó públicamente sus demandas, pero el Ejecutivo no se molestó en contestarle. Tampoco respondió al ofrecimiento del PP para negociar los presupuestos. En cuanto a Foro, ni se tomaron el trabajo de descolgar el teléfono. Y ahora quieren que veamos a los partidos de oposición como un colectivo atravesado por obtusas motivaciones electorales, mientras que el Gobierno tiene una gran amplitud de miras y actúa en función del bien de la región. ¿Es compatible velar por los intereses de todos y tratar de semejante guisa a los partidos de la oposición que tienen, en conjunto, muchos más diputados que el PSOE? ¿Cómo se puede hablar en nombre de los asturianos dando con la puerta en las narices a los representantes de la mayoría de los asturianos? ¿Se ha parado a pensar el portavoz oficial del Gobierno en el dislate que contienen sus manifestaciones?
Es preocupante que un gobierno en minoría actúe con tal dosis de prepotencia. Ahí tiene el ejemplo de la alcaldesa de Gijón y el alcalde de Oviedo que, para lograr la aprobación de sus respectivos presupuestos municipales, no dudan en buscar el diálogo e integrar las propuestas de la oposición, aunque tengan que rehacer las cuentas. Para aprobar los créditos extraordinarios debe el Ejecutivo negociar con los grupos parlamentarios e incluir sus propuestas, porque en una Cámara de 45 diputados el interés de Asturias no viene definido por 17 parlamentarios. Están muy mal acostumbrados.