El juez, José Castro, ha citado como imputada a Cristina de Borbón en el sumario abierto sobre el “caso Nóos”. Dados los antecedentes, cualquier otra decisión hubiera causado una enorme sorpresa. No era previsible que mantuviera por más tiempo la indefinición sobre la Infanta, y dejarla fuera del sumario no casaba con las anteriores actuaciones del juez, que ya la imputó hace nueve meses, aunque se estrelló contra el criterio de la Audiencia de Palma. Tras rastrear las declaraciones de renta de la Infanta y chequear todo sus ingresos y gastos, la imputa por blanqueo de capitales y delito fiscal.

La valoración de juez sólo cuenta con el respaldo de la acusación particular, promovida por la organización Manos Limpias, sin que los representantes del Estado, Administración lesionada por los presuntos manejos de Iñaki Undargarín, y el Ministerio Fiscal estén de acuerdo en imputar a la hija del Rey. La Abogacía del Estado y el Fiscal consideran que Cristina de Borbón estuvo al margen de las maquinaciones de su marido, lo que hace muy difícil que la Audiencia de Palma conceda el plácet para imputar a la Infanta. El Tribunal Supremo creó Jurisprudencia con el “caso Botín”, al resolver que las acusaciones particulares no pueden pedir la apertura del juicio oral sin que lo soliciten el Fiscal o las partes afectadas por los posibles delitos (Abogacía del Estado). En resumen: es más que probable que la hija del Rey quede fuera del sumario.

La instrucción del “caso Nóos” fue seguida por millones de españoles a través de una puntual y sistemática filtración de todos los hechos relevantes contenidos en el sumario. En poco más de dos años, la degradación de la figura de Iñaki Undargarín alcanzó cotas desconocidas en cualquier otro personaje destacado de la vida social española. Viajes, compras, regalos, sistema de pagos al servicio doméstico, financiación del palacete, correos al socio con bromas de adolescente inmaduro, confesiones sobre su frustración como “profesional” que no gana lo que merece, explicaciones sobre el impacto que causaría su firma a la hora de recaudar entre ayuntamientos y empresas, y un largo etcétera. España es ya un inmenso jurado popular dispuesto a emitir sentencia con el dedo pulgar señalando hacia el suelo, como hace el pueblo con todos los poderosos. En todas sus andanzas resulta evidente que Undargarín es “yo y mi circunstancia”, entendiendo por su circunstancia ser yerno de Rey. Con independencia de las disquisiciones procesales, dejar a Cristina de Borbón fuera del sumario, sin darle la oportunidad de aclarar todos los interrogantes planteados por el juez, sería un grave error porque crea un nuevo fuero que no contemplan las leyes. Evita una improbable condena judicial para sellar una condena social y política, a la postre mucho más dañina para ella, padres y hermano.