Álvarez-Cascos va a recurrir ante el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) las medidas tomadas por el Gobierno para aplicar la prórroga presupuestaria, porque según el líder de la oposición siguen la pauta socialista de “todo vale, ninguna norma legal se respeta”. Un estilo que para el presidente de Foro tiene su mejor exponente en el Ayuntamiento de Cudillero. Álvarez-Cascos estima urgente introducir reformas fiscales para frenar la deslocalización de empresas y reducir el nivel de desempleo, para ello propone rebajar al 7% el tipo del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y rebajar un 22% los coeficientes multiplicadores que afectan al valor catastral.

La aplicación de las prórrogas presupuestarias origina habituales controversias entre gobiernos y oposiciones. Se trata de discusiones muy técnicas y burocráticas que concitan la atención del alto funcionariado y dejan indiferente a la ciudadanía. Según Cascos, la prórroga interpretada con manga ancha, como hace el Gobierno de Javier Fernández, da mayor margen de maniobra que un presupuesto nuevo.

Si las medidas acordadas exceden el marco legal, el TSJA anulará lo aprobado y el Gobierno regional tendrá que volver a la casilla de salida. Una vez sustanciada la cuestión de la legalidad toca adentrarse en el debate sobre la gestión de la prórroga, cuya existencia se debe al hecho novedoso de haber quedado el Gobierno socialista en minoría. De no encontrar aliados, la impotencia que sintió el Ejecutivo al ver sus cuentas rechazadas volverá a sentirla al llevar los créditos extraordinarios al Parlamento. Se impone una cura de realismo que empieza por no repartir descalificaciones a izquierda y derecha. Los diputados de la oposición no son necesariamente una partida de indocumentados con intenciones espurias. A veces, tienen mejores propuestas que el Gobierno. La reforma fiscal es una necesidad ineludible. La gente está harta de pagar impuestos, tasas y precios públicos, por todo. A más paro, más sablazos. El Gobierno de Javier Fernández no se ha enterado de ello, y en el fallido proyecto presupuestario defendía la elevación del Impuesto de Patrimonio para recaudar casi 10 millones más. Dada la concatenación de efectos económicos, lo recibido por una mano es probable que se perdiera por la otra. Encabezar las alzas fiscales en España proyecta una imagen hostil de Asturias.