Jesús Gutiérrez, número dos de la FSA, afirma que Álvarez-Cascos debe dar explicaciones sobre el “caso Gürtel” o dimitir. El segundo estratega del socialismo cree que el líder de la oposición tiene que hablar pormenorizadamente del asunto, ya que de no hacerlo la higiene democrática obliga a entregar el acta de diputado. Al cerebro del partido le faltó poner las cartas encima de la mesa, y completar su disertación: de esta forma, nosotros los socialistas tendremos asegurada la permanencia en el Gobierno aunque no hagamos nada de nada, como hasta ahora.

El día anterior había dicho algo así Javier Fernández, con la mirada fija en el suelo, y como el mensaje no había impactado al público, saltó a la palestra el lugarteniente para remachar sobre el mismo clavo. Sacar a relucir el discurso de la higiene democrática, cuando avalaron todos los dislates que hizo su gente en Cudillero, es como para morirse de la risa. Para higiene la del PSOE pixueto, con dimisiones en cadena de concejales para hacer alcalde a un señor que pasaba por la calle. En este caso no pueden acogerse al celebre grito, ¡a mí que me registren!, porque eran testigos privilegiados de lo que sucedía.

Dado que gran parte del dinero de los planes de empleo no se llegó a ejecutar, como la sanidad bate récord de listas de espera, sabedores de que el salario social sigue a la espera de contar con la aplicación informática milagrosa que acaba con las demoras, habiendo dejado la partida de inversión productiva en improductiva, en vista de que la planificación educativa se realiza en forma de aguinaldo para los colegios amigos (para el resto, ni agua), y como los temporales de fin de semana cogen al Gobierno de asueto -mimetizados con la sociedad civil-, hay que poner todas las velas en el altar de la Gürtel, para que Cascos quede fuera de juego por una decisión togada y Asturias se convierta en la segunda Suecia, con larga hegemonía socialdemócrata y unos servicios públicos carpetovetónicos. La hegemonía que no logra el Gobierno por la vía de los actos puede concederla una Policía bien instruida y un juez progresista. Con Cascos fuera de combate, sólo hace falta que vuelva Ovidio Sánchez a vivir en Oviedo y todo será como antes. El día de las elecciones, entre las tres circunscripciones y el voto por correo de los ciudadanos que nacieron en Buenos Aires, hijos de argentinos y nietos de españoles emigrados, saldrá la “mayoría natural”.