El Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) ha desestimado los recursos de Foro y PP contra el nombramiento de una comisión gestora en el Ayuntamiento de Cudillero. El TSJA ya había dictaminado el pasado 24 de enero que la formación de la gestora no contenía ningún vicio invalidante. La sentencia tenía una contradicción interna insuperable, ya que daba visto buena a la gestora, a la vez que decía que la corporación pixueta no había ejecutado la sentencia en la que se anulaba la investidura de Fernández Garay. El TSJA entraba directamente en consideraciones políticas al decir que era absurda la pretensión de Foro y PP de alcanzar la alcaldía, porque no tenían apoyos suficientes en el pleno municipal. A ningún tribunal le toca valorar la formación de mayorías políticas, porque no es de su incumbencia, pero puestos a hacerlo no se puede prejuzgar la capacidad de negociación que tenga un candidato a alcalde para ganarse el apoyo de sus compañeros de Consistorio. No pueden los magistrados explicar cómo en una sentencia ordenan a los ediles de Cudillero que elijan a alcalde, y luego dan por bueno la constitución de una comisión gestora sin haber ejecutado la orden de elegir regidor.
Ante la imposibilidad de explicar la sentencia manteniendo un mínimo de coherencia en el razonamiento, se puede intentar la vía de comprender las causas que llevaron a los magistrados a dar un triple salto mortal, dando por bueno la gestora sin haber elegido alcalde. La sala de lo contencioso-administrativo del TSJA nunca fue partidaria de dar por definitivas las renuncias de los concejales socialistas a la alcaldía. Fue el Tribunal Constitucional (TC) quien corrigió su criterio e incapacitó a la mayoría socialista para gobernar. A partir de ahí, la legalidad se restablecía, pero la viabilidad política de la Corporación se volvía más dudosa. Con la expectación mediática creada sobre el “caso Cudillero”, el TSJA dio una solución contradictoria que tiene la virtud (habría que utilizar otra palabra) de permitir al Ayuntamiento caminar los quince meses que quedan de mandato. El recurso de PP o Foro ante el TC tiene muchas probabilidades de prosperar, y Cudillero se quedaría sin gestora.
De este escandaloso embrollo, lo que ofende el sentido común es que se den por buenas las renuncias en cascada de los concejales socialistas al escaño sin investigar si se trata o no de un fraude de ley.