El centro-derecha asturiano votó unido en la Junta General del Principado y salió aprobada la iniciativa de Foro de pedir al Ejecutivo de Javier Fernández que baje los impuestos. Foro, PP y UPyD sumaron sus fuerzas en un asunto importante –la reducción de la presión fiscal- del que se hablará mucho en el tiempo que resta hasta los comicios autonómicos. Votaron juntos, pero hubo discrepancias en el discurso, con la diputada del grupo popular, Emma Ramos, dando palos a Foro por presentar una propuesta vaga, que está en el programa del PP. Creer que la bajada de impuestos es patrimonio de algún partido concreto es ignorar el debate político asturiano y español. Una vez sacudido el árbol de Foro, Emma Ramos censuró duramente a Ignacio Prendes por pasar de apoyar las políticas fiscales del PSOE a criticarlas. Conclusión: el PP está agobiado por las encuestas que encarga Rajoy, dada la fuga de sufragios hacia Foro y UPyD, y considera que la solución pasa por arremeter contra los dos, distanciándose de la franja de electorado que comparten los tres partidos. Los propios diputados del PP se encargan de hacer el nudo y rodear el cuello con la soga.

Lo más sobresaliente de la sesión parlamentaria estuvo en la contestación del grupo socialista, no porque discrepara de la propuesta (la FSA tiene prohibido bajar los impuestos), sino por la contestación dada por el portavoz adjunto, José María Pérez, a la oposición: diga lo que diga la Junta General del Principado, el Gobierno no va a cambiar de política fiscal. El Ejecutivo está en minoría, pero anuncia que no le hará caso a la mayoría parlamentaria. Con frecuencia, los gobiernos desoyen las resoluciones de los parlamentos, pero el grupo socialista ha dado un paso más al anunciar explícitamente el desacato a la Cámara. Es un desaire al Parlamento, como institución, y una demostración de prepotencia por parte de un grupo que está acostumbrado a gobernar con aliados, y al quedar huérfano de apoyos actúa como si no estuviera condicionado por la aritmética parlamentaria.

La carrera política de José María Pérez se desarrolló enteramente en el Ayuntamiento de Gijón, con la excepción de los últimos veinte meses. Nadie mejor que él para comprobar que el PSOE actúa de una manera cuando está en la oposición (en Gijón no quiere que el equipo de Moriyón gestione autónomamente ni un euro) y de otra cuando gobierna: el Principado se declara en rebeldía frente a la Cámara.