El órgano de dirección de IU va a debatir hoy la destitución de Ángel González como portavoz parlamentario. Manuel González Orviz, coordinador general, ha manifestado que “el momento procesal ha cambiado”, aludiendo a la sentencia condenatoria dictada por el Tribunal Superior de Justicia de Asturias contra Ángel González, que ha quedado inhabilitado durante siete años para ocupar un cargo público. Los dirigentes que están al frente de las principales agrupaciones y los diputados consideran que debe dejar la portavocía y el escaño. Retirarle la función de portavoz está en manos de la dirección de IU, pero la permanencia en el Parlamento es una decisión personal del diputado. Para que no hay dudas, Ángel González ha manifestado que seguirá en el escaño porque las acusaciones por las que fue condenado son falsas, e invita al partido a centrarse en la campaña electoral. Como la mejor defensa es un buen ataque, ha añadido que el sector crítico de su organización busca su cabeza.

IU debe abordar este asunto con habilidad para no caer en otro desgarro interno, que es la fórmula habitual con que resuelve las diferencias que se dan en su seno. Sus expectativas electorales son muy buenas, y no lo digo sólo por las elecciones europeas, sino por las grandes citas con las urnas de 2015, con comicios municipales y autonómicos dentro de un año y elecciones generales seis meses después. La solución adecuada de un problema interno pasa porque todas las partes implicadas asuman una postura común y por la renuncia a aplicar medidas disciplinarias. Cualquier otra alternativa supone una derrota para IU. El relevo del cargo de portavoz o el abandono del escaño debe hacerse de acuerdo con Ángel González y para ello es preciso darle una salida honorable, porque en un país donde brotan los casos de corrupción como hongos, hay que aclarar que el diputado cuestionado no se llevó para casa ni un euro de la gestión de los monolitos de la memoria histórica. El método seguido para adjudicar el suministro de monolitos lo han aplicado destacadísimos políticos de la región para realizar con celeridad determinadas actuaciones y no les ha ocurrido nada.

Como tantas veces pasa en IU, la discusión de un asunto controvertido, como la sentencia condenatoria del TSJA, oculta el verdadero problema de fondo, que es el cuestionamiento de la actual mayoría, basada en el pacto entre los seguidores de Orviz y los de Ángel González.